El espectáculo estaba servido, pero los comensales no acudieron en masa a la cita. El pressing catch americano no triunfó anoche en la ciudad de Pontevedra, después de hacerlo en otros puntos de la geografía española, como en Valencia y Sevilla. Los luchadores aterrizaron en el coso de la plaza de toros de Pontevedra de forma puntual. Eran las nueve, hora del desembarco del Minidragón a ritmo de reggaeton .
Un estallido anunciaba el inicio de la batalla del show popularizado aquí por un canal de televisión y con seguidores en todo el mundo. Los cientos de personas que sí acudieron a la cita disfrutaron de las peleas fingidas, acompañados de sorprendentes efectos especiales. La llamativa función de lucha libre no defraudó a nadie, y los niños tardarán mucho en olvidar la velada.
A las puertas de la plaza, los más pequeños compraban camisetas o máscaras de sus luchadores favoritos, y sus padres también estaba animados ante el espectáculo que iban a presenciar. Era testigos de la historia, puesto que se trataba de la primera vez que esta categoría de lucha libre llegaba a Galicia. Las entradas costaban entre 36 y 72 euros.
Los luchadores aportaron lo suyo, y se enfrentaron cuerpo a cuerpo en el espectacular ring que se había montado en el coso pontevedrés. Se pedían combates. Los aficionados se animaban y fingían pelear con sus padres, hermanos y amigos.
Y una vez iniciada la función, muchos pontevedreses se quedaron a las puertas de la plaza de toros para ojear desde allí al menos una parte de las evoluciones de los luchadores.