Cuando el piloto pierde el rumbo

SOCIEDAD

El tripulante de un avión de Air Canada en ruta hacia Londres tuvo que ser atado a una silla porque pedía hablar con Dios y el vuelo aterrizó de emergencia en Irlanda

01 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Vuelo Toronto-Londres. Doce horas de vuelo cruzando el océano y a menos de dos de la llegada, uno de los pilotos sale gritando de la cabina, histérico y queriendo hablar con Dios. El resto de la tripulación, con la ayuda de un militar que viajaba por motivos personales, reduce al copiloto y lo ata a una silla; el avión aterriza en Irlanda para evitar una situación crítica.

Esta crónica no es el argumento de la última película de catástrofes facturada en Hollywood, sino lo que ocurrió realmente el pasado lunes en el vuelo AC848. La compañía responsable del viaje, Air Canada, ha querido restar importancia al incidente resaltando que en ningún momento se puso en peligro la seguridad de los viajeros, y que si aterrizó antes de tiempo fue siguiendo el protocolo previsto en caso de alerta médica.

Pero lo que cuentan los viajeros, como hizo Sean Finucane para la BBC y el London Evening Standard, es que se trató de «una experiencia traumática». Finucane, que pasó ocho horas en el aeropuerto irlandés de la ciudad de Shannon antes de reemprender vuelo a Londres en otro aparato y con una tripulación diferente, contó lo ocurrido con cierta aprensión: «Él era muy, muy confuso y de vez en cuando lanzaba gritos, amenazando a la gente. Ellos [el resto de la tripulación] trató de ponerle los zapatos [el copiloto salió de la cabina descalzo]. Su voz era clara y no parecía borracho ni nada. Decía palabrotas y preguntaba por Dios. Sobre todo decía que quería hablar con Dios. Estaba muy angustiado».

Un portavoz del aeropuerto de Shannon explicó que de madrugada se recibió un aviso del piloto del vuelo AC848 pidiendo permiso para desviarse de su ruta porque su colega «no se sentía bien», pero recalcó que, en ningún momento, el capitán declaró una «situación de emergencia». Al tomar tierra, poco después de las ocho de la mañana, una ambulancia estaba esperando al tripulante, que fue llevado al ala psiquiátrica del Hospital General de Ennis, en el condado suroccidental de Clare. El pasaje se quedó en un hotel en tierra para retomar lo que quedaba de viaje (poco más de una hora) una ocho horas después.

Diarrea en Tel Aviv

El suceso del AC848, que llevaba 146 pasajeros en el momento del incidente, no es el único que ha tenido que afrontar la compañía Air Canadá en este mismo mes de enero.

Tras las fiestas navideñas, un avión que hacía el trayecto Tel Aviv-Toronto también sufrió un problema, aunque esta vez de tipo puramente físico: decenas de pasajeros (viajaban en el vuelo AC065 unas doscientas personas) llegaron a Toronto con una gastroenteritis.

Inicialmente fueron separados en cuarentena 75 pasajeros, pero los funcionarios de salud del aeropuerto canadiense determinaron que 47 de ellos no tenían síntomas y abandonaron el aeropuerto.

Según un portavoz de la compañía, solo tres personas, todas del pasaje, sufrían vómitos y diarrea, por lo que fueron hospitalizados.