Europa se pone en órbita con «Columbus»

Peer Meinert

SOCIEDAD

06 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Está a punto de comenzar un nuevo capítulo en la historia de los vuelos espaciales internacionales. Tras años de espera, el transbordador estadounidense Atlantis está listo para partir hoy desde Cabo Cañaveral (Florida) y llevar el laboratorio Columbus, de la Agencia Espacial Europea (ESA, en inglés), a la estación espacial internacional (ISS, sigla en inglés).

La misión marca un hito en la historia europea de viajes espaciales con tripulación a bordo, comentó el alemán Hans Schlegel, de 56 años, quien irá a bordo de la nave junto al astronauta francés Leopold Eyharts. «Esto hará historia», dijo Eyharts, quien comenzará con los experimentos cuando sus compañeros de tripulación regresen a la Tierra. «En la actualidad, Europa está haciendo cosas que nunca se hicieron antes. Este es realmente el primer paso hacia las operaciones permanentes en el espacio», comentó el especialista francés.

Estaba previsto que el laboratorio de la ESA, construido principalmente por EADS-Astrium en Bremen (Alemania), iniciase sus actividades en el 2004. Pero al desintegrarse el Columbia en febrero del 2003, todos los vuelos de transbordadores fueron suspendidos.

Ese fue el comienzo de una etapa difícil, afirma un ingeniero de Bremen que trabajó en el proyecto del laboratorio espacial Columbus. Había opiniones escépticas que querían anular el proyecto, lo que hubiera implicado la pérdida de lo invertido hasta ese momento, de un valor de 880 millones de euros.

Hasta ahora, han sido los estadounidenses los que han llevado la voz cantante en lo que a la ISS se refiere, pero esto cambiará una vez que llegue el módulo Columbus, de 13 toneladas, considerado por los especialistas un tesoro de la ciencia.

Posee siete compartimentos de carga fijos que pueden ser utilizados para varios tipos de investigación, desde el estudio de organismos de una única célula y de invertebrados hasta la física básica de los fluidos. «Únicamente hay una cuestión esencial que es igual para todos los experimentos. ¿Qué sucede sin gravedad?», comentó el ingeniero jefe del proyecto, Rüdiger Kledzik, de Bremen.

El objetivo en última instancia es prepararse para largos períodos en el espacio: un vuelo a Marte de ida y vuelta supondría dos años de duración, algo fundamental teniendo en cuenta que los astronautas pierden mensualmente un 10% de su masa muscular en el espacio por la ausencia de gravedad.