Bruselas retira un cinturón para adelgazar que causa quemaduras

Mateo Balín

SOCIEDAD

La primera denuncia partió de la Xunta de Galicia a principios de agosto

29 ago 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

«Sin grasa, sin esfuerzo. Reduce dos centímetros en 50 minutos». Los infocomerciales bombardean las madrugadas televisivas con mensajes de este tipo para vender productos adelgazantes. La última moda es un cinturón termoeléctrico que se puede adquirir por teléfono, Internet o en superficies comerciales. De precio asequible, ha tenido buena acogida por su fácil manejo y por asegurar «fantásticos resultados» en las partes «problemáticas» del cuerpo. Sin embargo, el manual de instrucciones no hace mención a la posibilidad de que su uso provoque quemaduras, como ocurre con esta faja que aún se publicita en la red y que las autoridades españolas ordenaron retirar a principios de mes. Una restricción que ahora se ha extendido a toda la Unión Europea.

Las deficiencias del cinturón termoeléctrico de la marca Sauna Belt Premier AB, del modelo MB-8186, fueron notificadas por la Xunta de Galicia al Instituto Nacional de Consumo el pasado 3 de agosto. Desde entonces, los técnicos del laboratorio de referencia analizaron los componentes del producto elaborado en China y confirmaron varias irregularidades.

Además de provocar quemaduras, la faja sigue funcionando al concluir una sesión media de 50 minutos, en contra de lo que indica el prospecto; el conductor de la corriente eléctrica es más pequeño de lo estipulado; el manual está en inglés y no coincide con la potencia indicada; y, por último, el aparato supera el límite europeo de bajo voltaje, establecido en 24 voltios.

La medida adoptada por Bruselas es clara: «Retirar el artículo de la circulación». Sin embargo, la faja se seguía publicitando ayer en algunas páginas de Internet. Un producto similar ocasionó quemaduras de segundo grado a una consumidora en el País Vasco. En aquel caso, el análisis certificó que la faja adelgazante alcanzaba una temperatura de más de 170 grados en funcionamiento normal, cuando el límite máximo debía ser de 85 grados.