Lula se da un chapuzón

Alba Díaz Pachín

SOCIEDAD

23 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

Nada más verlo en esta foto me acordé de aquel anuncio de la tele de los limones del Caribe, sólo que en este caso la rubia es Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente brasileño, y la cascada es una ducha de una paradisíaca playa al noreste del país que gobierna. El caso es que el mandatario aprovechó un viaje de trabajo para darse un chapuzón y relajarse de la tensión de la política. Parece ser que Lula va allí desde los años ochenta, pero nunca había pisado el arenal por motivos de agenda. Y, ya metido en faena, confesó también que nunca pudo poner «los pies en la arena de Copacabana porque siempre es trabajo, siempre son reuniones y más reuniones». Así que ayer, en plan revancha, estuvo una hora bañándose y paseando sobre blanca arena. «Sin diversión, la gente se muere», aseguró Lula. Diga que sí, presidente: «Máis samba e menos trabalhar». En una película, me refiero. El australiano Baz Luhrmann, director de Moulin Rouge, ha fichado a sus paisanos Nicole Kidman y Russell Crowe para protagonizar un romántica historia de amor a caballo entre Lo que el viento se llevó y Lawrence de Arabia. ¡Madre mía! Van a saltar chispas, ya verán. Según la publicista de Luhrmann, el rodaje se hará «en una bonita pero desapacible zona del país». Yo ya me los imagino. En mitad de la nada australiana, sin poder salir de las caravanas y compartiendo confidencias. Quizá el romance traspase la pantalla. Una vez más, dicen los malpensados. Así he bautizado a este apartado de la sección. Empiezo con los más cercanos: los Príncipes de Asturias. Ayer estuvieron en Almonte, en Huelva, recibieron sendas medallas de la Virgen del Rocío y, como dos peregrinos más, besaron el manto de la Blanca Paloma. Sigo con Máxima de Holanda y Matilde de Bélgica, que ayer estuvieron en la ciudad de Breda (la que inmortalizó Velázquez) y también tuvieron regalo: las primeras copias de la reedición de un libro sobre literatura holandesa. Continúo con Naruhito, el príncipe heredero de Japón, que ayer cumplió 46 años y aprovechó para decir, alto y claro, que está «feliz» con el embarazo de su cuñada, la princesa Kiko, cuyo bebé, si es varón, le sucederá a él en vez de hacerlo su hija, Aiko. Y despide el rincón real Carlos de Inglaterra, otra vez en el ojo del huracán. La prensa británica publicó ayer extractos de un diario personal suyo que escribió con motivo de la devolución de Hong Kong a China, en 1997. Está claro que el hijo mayor de Isabel II es de los de Santa Rita. Acusa a Tony Blair de haber estado en la ex colonia sólo catorce horas y se queja incluso de lo incómodo que era el asiento de su avión. Según su diario, para él fue «el final del imperio». Un grupo de fanáticos de James Bond acaban de colgar una web en la que piden que se boicotee la nueva película de 007, Casino Royale. No les gusta Daniel Craig y dicen que es un actor desconocido con afición por los papeles raros. Yo creo que tiene mal de ojo. Primero se queda sin dientes en el rodaje y ahora quieren dejarle sin espectadores antes de que la peli llegue a los cines.