Letizia, de pata negra

La Voz

SOCIEDAD

16 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

Empiezo con un jamón y no con el de Bigas Luna. Es el número tres millones, es de Teruel y ahora es de la princesa Letizia. Mírenla cómo mira la pata. Ayer se la regaló el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Jamón de Teruel y hasta el palacio de la Zarzuela se fue su presidente, Enrique Bayona, para entregárselo en mano. Sepan que no es un jamón cualquiera. Pesa ocho kilos y medio y lo llevaron a un secadero a ochocientos metros de altura para curarlo durante dieciocho meses. Ahí es nada. Ahora sólo queda que la princesa no se corte y dé buena cuenta de la pata de cerdo, que algún kilito no le vendría nada mal, aunque quizá es vegetariana como la reina Sofía. En el 2002, por cierto, le dieron el jamón dos millones al papa Juan Pablo II, y en el año 2000, fue su marido, el príncipe Felipe, quien recibió el sabroso pernil un millón. Por cierto, que a la pareja real le siguen llegando regalos para su niña. La delegación turolense obsequió a la infanta Leonor con una muñeca vestida con un traje del siglo XIII. No es la primera vez que el hombre del que les voy a hablar a continuación se cuela en esta sección, pero es que sus obras nunca pasan inadvertidas. Ron Mueck, un artista australiano de 47 años, juega en sus figuras con el tamaño (una que hizo de su cara mide la friolera de dos metros y medio, igual que una cabeza de bebé, una embarazada y unas ancianas) para sobrecoger a los espectadores, pero lo que logra que les dé un pasmo es su hiperrealismo: a sus esculturas no les falta detalle ni patas de gallo. Miren, por ejemplo, la foto de abajo. El hombretón en cueros no es el hermano sin pelo del yeti ni está castigado en la esquina sin postre. Se llama Big Man ('hombre grande' en inglés y no sé si 'gran hombre' también), está hecho de resina de poliéster pigmentado sobre fibra de vidrio, y se expone desde hoy mismo en la Nueva Galería Nacional de Berlín. Me gustaría ver la cara de la chica que mira al melancólico gigante tan de cerca. Y ustedes se preguntarán por qué le da por ahí a Mueck. Pues porque empezó haciendo marionetas y muñecos para el cine, le picó el gusanillo del realismo y acabó por entrar en el mundo del arte. Obviamente, por la puerta... grande. Madonna, operada de una hernia. La megaestrella del pop es mortal como los demás y también le pasan estas cosas tan mundanas. Me apuesto mi bolso de Louis Vuitton a que se hizo daño con tanto zarandeo en su último disco, que traducido al castellano viene siendo Confesiones en una pista de baile. La cantante, de 47 años (el factor edad no sé si le ha influido), fue intervenida la semana pasada en Los Ángeles tras la gala de los Grammy, pero ya está dando guerra de nuevo. El miércoles fue a recoger su premio Brit a la mejor artista internacional del año. Esta mujer no para. 47 años tiene también Michael Jackson, vaya casualidad. Un tribunal ha rechazado su petición de quitar la potestad de sus hijos Michael júnior y Paris a su madre, Debbie Rowe. El juez cree, además, que el matrimonio de la enfermera y el cantante fue un montaje. Es rápido el magistrado, ¿eh?