La leche de vaca, para el ternero

Alba Díaz-Pachín

SOCIEDAD

TONI GARRIGA

09 jun 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Una leyenda urbana: cuentan que aquel estupendo endocrino y nutricionista Francisco Grande Cobián contestó, cuando le preguntaron para qué era buena la leche de vaca: «Para los terneros». Pues de la misma opinión debe ser la joven de la foto que hoy les traigo, porque forma parte de la organización ecologista Animal Naturalis y se manifestó de esta guisa en Barcelona para protestar por el trato que los ganaderos dan a las vacas a la hora de sacarles la leche. Estos mamíferos, dicen los activistas, no pueden ser tratados como fábricas de leche. Una fábrica de (mala) leche sería, por ejemplo, el actor Russell Crowe, que el lunes le tiró a la cara un teléfono a un mozo de hotel y el miércoles se disculpó por la tontería en el programa de televisión de David Letterman. Crowe dijo que su ira había sido producto de la frustración que sentía al sentirse sólo y lejos de ?su familia y que éste fue sin duda el acto más estúpido que había cometido ?en su vida. Si este señor está estresado por no ver a su familia, no me lo imagino de marino en los congeladores de Mauritania o de Argentina. La verdad es que estas cosas ofenden. Menos ofensivo es lo de Guillermo de Inglaterra, que se ha ido a un pueblo pesquero de Escocia para descansar después de los exámenes finales. El lugar elegido es Tobermory, un recuncho pintoresco que sale en una serie de televisión de la BBC , Balamory . Vamos, igualito que Portozás. Y mientras el chavalote disfruta del aire fresco, su padre, el príncipe Carlos , es noticia porque se subasta una carta que en 1988 escribió a Robert Marrington , ex tapicero real (por cierto, ¿alguno de ustedes se escribe con su tapicero?). La carta tiene valor porque el heredero habla del accidente de esquí que sufrió ese mismo año en Suiza y que le costó la vida a su amigo Hugh Lindsay . «Aún me resulta difícil entender por qué yo sobreviví y él no», dice el príncipe de Gales. Si quiere leer de primera mano tan profundas reflexiones, ya lo saben: día 16 en Ludlow y a partir de 360 euros. Es hablar de los Windsor y salirme la vena sensacionalista. Tanto que les voy a resumir ya lo que pueden encontrar en el quiosco rosa esta semana. El ¡Hola! se sale. La publicación del ramo por antonomasia es capaz de llenar con nada todo su contenido y venderlo como si valiese algo. Valer valer sólo vale la casa que Óscar de la Renta tiene en Puntacana; los kilos (52) que ha perdido Florinda Chico y la cena solidaria en favor de la infancia que se celebró en el castillo de Viñuelas. A ella acudieron los de siempre, a saber: los toreros (y ellas, con María José Campanario desentonando entre las etéreas y elegantes modelos con quienes se casan los maestros ) los aristócratas de cuché (los búlgaros de primeros) y las presentadoras de televisión (que actuaron como auténticos bufones). Pero sin valer también salen en el ¡Hola! David Bisbal y su novia Elena Tablada en una fiesta familiar en Miami. Toca cambio de revista. Chenoa en Mallorca (con Geno , quien sale más ahora que cuando vendía discos) sale en Diez Minutos y Loles León se sale por los bordes de Lecturas , donde se muestra con todo lujo de detalles la fealdad de los trajes premamá que lució doña Letizia en Japón. Yo que Felipe Varela me dedicaba a la pesca del salmón, la verdad. En esta publicación también se presentaron un ramillete de bodas: rancia nobleza ( Teresa de Borbón dos Sicilias y Álvaro Ledesma ), musical ( Paloma Romero , hija de uno de Los del Río), cómica (José Sánchez , de Cruz y Raya, con Patricia Rivas ) e ibicenca ( Cayetana Guillén y Omar Ayashi ). Si leen las revistas por este orden, cuando lleguen a Semana salten a la página 49, con la anorexia de Allegra Versace, una niña que con 18 años lo tiene todo y lo va a tirar por la borda. Como Irene se nos ofreció a la prensa el miércoles por la tarde, no hay foto de la princesita y sí mucho material de archivo de los Urdangarín Borbón.