Luis Alfonso deja la soltería

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Hechos y figuras

07 nov 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Ya está. Luis Alfonso de Borbón y María Margarita Vargas Santaella son marido y mujer. La niña rica ya forma parte de la nobleza europea. Y el joven aristócrata ya es multimillonario consorte. Ambos posan como lo que son, grandes personajes... del corazón. Hasta el momento son pocos los detalles que han trascendido de la blindada ceremonia que, por cierto, se celebró en la República Dominicana. La misa fue en la iglesia de San Estanislao de Cracovia, sita en un lugar llamado los Altos de Chavón, una ciudad de inspiración toscana donde, por cierto, estuve hace meses -una se cuida y acude periódicamente a alguna que otra playa caribeña a secar- y tuve la suerte de degustar una de las lasagnas más ricas y caras que mi paladar y mi tarjeta de crédito recuerdan. Añoranzas gastronómicas aparte, les cuento lo que sé: hubo 1.500 invitados; el banquete se celebró en la mansión de la familia de la novia en La Romana; ella llevaba vestido de encaje, raso y chantilly con una cola de cuatro metros y velo de gasa natural, diseño exclusivo de Vittorio y Lucchino; él lució el uniforme de la Gran Cruz de la Orden de Malta, (distinción reservada a jefes de Estado y jefes de Casas Reales) y la insignia de la orden dinástica francesa del Espíritu Santo -no olvidar que los monárquicos franceses llaman a Luis Alfonso de Borbón «Luis XX» por considerarle legítimo sucesor de los reyes de Francia-. Carmen Martínez Bordiú eligió un modelito de John Galliano; ¡y no acudió nadie de la Familia Real española! Quienes quieran saber cómo fue el primer beso, cómo fueron las fiestas celebradas los días previos a la boda -una de ellas en la casa del modisto dominicano Óscar de la Renta-; cuál fue el menú del chef neoyorquino... ¡atentos a las exclusivas que vienen! A quienes se pregunten de dónde sale tanto lujo, les diré que el padre de ella preside el Banco Occidental de Descuento de Venezuela y posee la tercera fortuna del país. Bautizo civil. Bodas, bautizos, comuniones... La clave es buscar excusas para hacer fiestas y reunir a los amigos y acumular regalos.... y eso no tiene por que ser malo. Por eso no debe extrañarnos la celebración del primer bautizo civil en España, oficiado por el alcalde de Igualada, Jordi Aymami. En vez de arrojar agua bendita sobre la cabeza del pequeño, el alcalde inscribió al festejado como ciudadano del municipio.... y al finalizar, a comer perdices. Que siga la fiesta. Menos fiesta y más oración. Y como ejemplo, el rey jordano, Abdallá II, quien fiel a las leyes musulmanas ha rezado en la Meca como muchos hacen durante el mes sagrado de Ramadán. Orar en La Meca supone cumplir con el quinto y último pilar del Islam, la peregrinación, hach, a la ciudad santa donde nació Mahoma. ¿Quién mejor que un rey para dar ejemplo?. Y mejor si es el jordano, cuya esposa, Rania, punto de mira fundamentalista por su imagen, por ser fiel a los modistos más caros, por ser poco amiga del velo y portada habitual de revistas del corazón. Ojalá las plegarias de Abdallá pidan porla modernización de la mujer musulmana.