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05 ago 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

QUE tiemble Zara. La exitosa filosofía de la empresa textil coruñesa podría estar a punto de ser superada por una firma norteamericana que opera a través de Internet y que ha conseguido sofisticar el principio de democratizar la moda a través de la copia que tan bien le ha funcionado a Amancio Ortega. Bag borrow or steal -el nombre de la compañía, que en español significaría algo así como un bolso prestado o robado- pone a disposición de la clase media más media un catálogo de setecientos bolsos de las marcas más exclusivas del mundo -desde Hermes hasta Gucci, pasando por Fendi- por el precio al que ya se venden algunos de los complementos más selectos de Zara. Las clientas del invento se suscriben en una web que las compromete a pagar una cuota mensual de unos 40 euros y que les da acceso a la normalmente inaccesible producción de los maestros del lujo. El resultado: una modesta empleada puede pasearse con un Dior auténtico al hombro y sustituirlo a los siete días por un Prada de verdad, sin tener que soportar las miradas de conmiseración que más de uno todavía se atreve a proyectar ante la evidencia de una copia. Si seguimos aceptando que el hábito hace al monje, que tiemblen los conventos.