MEDIO FERRADO

27 jun 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

EN ESOS PAÍSES lejanos donde se investiga y los becarios no se llaman precarios, lo cierto es que se investiga todo. Un grupo de científicos del University College London ha publicado los resultados de sus averiguaciones sobre los misterios de la mente, según los cuales una parte del cerebro deja de funcionar cuando el sujeto investigado se enamora. Las circunvoluciones anuladas son las que, en otro estado, te permiten la evaluación crítica del entorno. O sea, que las flechas de Cupido, más que clavarse en el corazón, percuten en la cabeza. Quién lo iba a decir: la ciencia tras los pasos de la poesía. Porque los poetas nos lo vienen advirtiendo desde la antigüedad remota: el sueño del corazón produce idiotas. Por ejemplo: Teognis de Mégara, siglo VI a. de C.: «Cruel Eros, las locuras te amamantaron entre sus brazos; por ti pereció la ciudadela de Ilio (¿), por la temeridad que infundes». O Ibn Hazm de Córdoba, siglo XI de nuestra era: «Le robaste el corazón a fuerza viva y ¿quién puede vivir sin corazón? (¿) veo que si esto dura, va a cambiar las ajorcas de sus tobillos por las cadenas de los locos». Así que toda esta culturadel cine y la telenovela románticos, la prensa rosa, el san Valentín, vienen a ser un elogio colectivo de la locura y de la torpeza mental. Las conclusiones no parecen muy optimistas; venimos al mundo gracias a que nuestros padres se vuelven tontos unos años. Pero no desesperemos, todo tiene su lado positivo. Ya podemos reconciliarnos con la democracia: nunca tuvimos de jefa de la diplomacia a una mujer un poco torpe: quizás sólo estaba enamorada.