se ha casado... pero por poco tiempo. La otrora abanderada de los movimientos en favor de la castidad, inesperadamente desmelenada gracias al morreo que este verano le plantificó Madonna en la gala de los MTV, se casaba el pasado viernes con un amigo de la infancia en una de esas espantosas capillas con pinta de merengue que menudean por Las Vegas. La noticia la ha dado la revista People , según la cual el matrimonio podría ser anulado de inmediato pues la Spears se lo ha tomado como una simple broma que ha ido demasiado lejos. Chiste o no, lo cierto es que la cantante salió el viernes de la Little White Wedding Chapel -capillita blanca para bodas, o algo así- del brazo de su nuevo marido, Jason Allen Alexander , un amigo de la infancia de su ciudad natal, Kentwood (Louisiana), con el que mantenía una relación desde hace poco. La Spears vestía vaqueros y una gorra de béisbol e iba escoltada por un empleado del hotel. Los locos incondicionales deben saber que en Internet circula una copia de la licencia matrimonial. Al parecer, la pareja decidió casarse durante una fiesta celebrada el pasado viernes por la noche en el hotel Casino Palms. Para la improvisada ceremonia escogieron la misma capilla que en su día eligieron para desposarse celebridades como Joan Collins , Judy Garland , la Dixie Chick Natalie Maines o Bruce Willis y Demi Moore . La luna de miel se desarrolló en el mismo hotel Palms, pero al día siguiente la dulce Britney fue vista cenando con un grupo de amigos y sin su flamante esposo. Britney Spears es la primera cantante en la historia que ha conseguido situar sus cuatro discos en el número uno de las listas de ventas desde su lanzamiento, y es la celebridad más joven -22 añitos tiene la criatura- en tener su estrella en el Hollywood Boulevard. Desde 1999, ha vendido más de 54 millones de discos en todo el mundo. El pasado mes de julio, Spears admitió haber perdido su virginidad con su ex Justin Timberlake , hoy entregado a los arrumacos de la espectacular y más espontánea Cameron Diaz . La confesión puso fin a su autoproclamada castidad y echó por tierra su pretensión de mantenerse virgen hasta el matrimonio. ¿Qué sería de nosotros sin la familia real inglesa? ¿Cuán aburridos serían nuestros inviernos sin la dosis reglamentaria de subrealismo que aporta esta estirpe de nobles? La última lleva el nombre del historiador británico Tony Robinson , que sostiene la teoría de que Isabel II es ilegítima lo que, en consecuencia, la dejaría sin derechos para ocupar el trono de Inglaterra. Robinson afirma que el rey Eduardo IV (1461-1483) fue un monarca ilegítimo, «una teoría que automáticamente invalidaría la sucesión de los subsiguientes monarcas ingleses desde Enrique VII hasta la actual reina Isabel II», declaró Robinson en un programa de televisión, para espanto de la familia Windsor. «Todos los historiadores creen que Eduardo IV fue, en efecto, el creador y artífice de la tradicional casa de York, que más tarde aseguraría la sucesión de los futuros reyes. Pero documentos históricos demuestran lo contrario». El programa televisivo, producido por el Channel 4, analizó los detalles de la sucesión al trono de Eduardo IV a partir de documentos hallados en varios castillos británicos y de datos encontrados en tumbas familiares y en la torre de Londres. Por si acaso, un portavoz oficial del palacio de Buckingham se apresuró a aclarar: «Isabel II es la reina de Inglaterra y nadie puede dudarlo».