EL CANTANTE pop Gordon Mattew Sumner, conocido como Sting ( Aguijón ) nació en la húmeda Newcastle, hace ya 52 años. Aunque el ser humano cada vez envejece mejor, a tales edades raro es el tipo que no presenta un cuadro de canas, ojeras, fofeces... No es el caso de Sting, que está como un buxo (que diría el actual titular de la Xunta). El artista británico es inmune al pelo blanco, merced a su rubio agua oxigenada . La palabra panza tampoco entra en su vocabulario: la barriga de Sting, abarrotada de abdominales de gimnasio, parece el peto de un centurión romano. Su piel, de perenne dorado tropical, contribuye a completar una imagen juvenil (Keith Richards, sabio y pertinaz crápula, explicó así en su día las bondades del moreno: «Ya puedes estar hecho una braga, que si luces un buen bronceado, todo el mundo creerá que disfrutas de una salud de hierro»). No dudamos que Sting está hecho un miura (¡en sus fotos promocionales del 2003 se ha vuelto más joven que hace 20 años, cuando arrasaba con Police!). Pero hace unos días efectuó unas declaraciones que invitan al análisis y a la prueba del polígrafo: « Hago el amor ocho horas cada noche », se ufanó el salaz músico inglés. ¿Cuándo duerme Sting? ¿Por qué necesita 8 horas para un asunto que estadísticamente en Galicia no llega a 15 minutos? Y si como asegura es monógamo; tras tantos años de rutina matrimonial, ¿cómo consigue liar a su mujer para armar semejantes verbenas en la piltra? A la vista de que Sting no ha sucumbido a un viagrazo traicionero, sentimos concluir que o miente.... o (lo que es peor) ha hecho un cursillo de Kamasutra con Fernando Sánchez Dragó.