La nube química de Murcia ha afectado a dieciséis bomberos

TERESA BLANCO. Colpisa MURCIA

SOCIEDAD

29 ene 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

Los bomberos siguen tratando de apagar el fuego que desde el sábado consume las 15.000 toneladas de abono «triple 15», en un silo de la empresa Fertiberia. Los miembros del equipo de extinción no pueden aún calcular el tiempo que tardarán en extinguir el fuego. Según el vicepresidente murciano, en un incidente similar ocurrido en la ciudad francesa de Nantes se tardaron diez horas en acabar con 1.200 toneladas de abono, por lo que el material almacenado en el silo de Fertibera tardaría doce días en quemarse por completo. La nube química que se ha producido al arder el fertilizante se ha ido desplazando, a lo largo de la jornada, hacia el mar o tierra adentro conforme la dirección del viento. Desde el pasado sábado han sido atendidas dieciséis personas, todas ellas bomberos, que se vieron afectados por afecciones cutáneas e irritaciones en ojos y garganta. Todos ellos han sido dados de alta y la mayoría ha regresado a sus trabajos. Ayer, el 70% de los trabajadores del Valle de Escombreras en Cartagena (Murcia) fueron autorizados por el Comité Asesor de Emergencias Químicas a volver a sus puestos de trabajo. Durante la jornada se permitió que diez empresas del Valle de Escombreras realizasen una actividad «mínima», según el portavoz del ejecutivo murciano. De esta manera volvieron a reabrirse las plantas de las empresas Enagas, Química del Estroncio, Aemedsa, Puerto de Graneles en el muelle Príncipe Felipe, Iberdrola, Praxair, Fertiberia, Terliq y Repsol Productos Terminados. «Para el resto de las empresas, a fin de asegurar el abastecimiento y evitar problemas de suministros vitales a las industrias y ciudadanos, se ha adoptado el acuerdo de que mantengan su actividad normal pero en condiciones de máxima alerta permanente», dijo Gómez Fayrén. La actividad industrial en el Valle de Escombreras, situado a pocos kilómetros de Cartagena, permanecía paralizada desde el domingo cuando se dio la alerta sobre la situación creada como consecuencia de la combustión del abono almacenado en un silo de Fertiberia y que ha provocado una nube no tóxica, aunque sí irritante y contaminante. Este cese de actividad ha supuesto pérdidas, aun no cuantificadas, pero que ya se consideran millonarias para las compañías asentadas en el Valle.