«Se respiraba el nerviosismo»

P. V. A CORUÑA

SOCIEDAD

Marcelino González, jefe de Urología del Hospital Juan Canalejo Marcelino González Martín, cirujano jefe del servicio de de Urología del complejo Hospitalario Juan Canalejo, no olvida las sensaciones que él, como cirujano, y todo el equipo vivieron ese día. «Primero tensión, después mucha alegría». Asegura que fue para todos muy especial.

17 ene 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

-¿Qué supuso ese trasplante? -Lo primero, fue una gran ilusión para todos. Llevábamos mucho tiempo preparándonos, pero aun así se respiraba el nerviosismo. Lo que recuerdo claramente es que salí del hospital muy contento, porque había ido bien. El éxito de ese trasplante nos permitió iniciar el programa. De lo contrario, nos hubiera resultado difícil superarlo. -¿Había conciencia de la necesidad de donar? -Después de esta experiencia iniciamos una campaña para mentalizar a la sociedad. Fue muy bien acogida, y la gente entendía la necesidad de ser solidario. Pero recuerdo que entonces era mucho más duro que hoy solicitar los órganos a los familiares. La gente no lo concebía y a menudo pensaba que hablabas de una barbaridad. -¿En qué cambiaron los trasplantes en veinte años? -Por un lado, hoy la población entiende la donación como algo normal. Por otro, la técnica ha mejorado, aunque no de una forma asombrosa. Se han mejorado las formas de tratar el rechazo y las complicaciones. Y algo, fundamental: hoy se consigue una supervivencia de muchos más años. Además, nosotros hemos adquirido una gran experiencia y el paciente se beneficia de ello. -¿Con esta experiencia, que se espera en el futuro? -Cuando empezamos con el programa de trasplantes de riñón ese 17 de enero, no sabíamos donde íbamos a llegar. Hoy, hemos empezado con estudios como el xenotrasplante, y tampoco sabemos dónde vamos a llegar. Lo único es que trabajamos con ilusión y con la esperanza de salvar vidas, como entonces.