El amor moderno

Beatriz Pallas ENCADENADOS

PLATA O PLOMO

05 sep 2021 . Actualizado a las 09:28 h.

Todas las vidas parecen convencionales contempladas desde fuera. También las historias de amor, modernas o antiguas, parecen siempre la misma hasta que uno observa de cerca a las personas y el enorme significado de las pequeñas cosas. Modern Love vuelve a conseguir en su segunda temporada convertir en especiales los ritos cotidianos de las parejas, con sus conflictos, sus miedos, sus cuelga tú primero.

Como ocurre en toda obra antológica, no todos los episodios ablandan por igual. El del coche antiguo que conecta a una mujer con su marido fallecido es de los que resuenan en la memoria, con ese colofón de Days Like This. También el protagonizado por Kit Harington. Y no solo porque es Jon Nieve y hace un guiño a Juego de tronos, sino a pesar de eso y de ese poco verosímil relato de una pareja analógica que no intercambia sus teléfonos y, en pleno confinamiento, queda en verse en la estación dos semanas más tarde. Si hubieran visto a Cary Grant y Deborah Kerr en Tú y yo sabrían que no es buena idea.

La serie promociona como el secreto de su éxito el hecho de que sus historias están tomadas de la famosa columna de The New York Times del mismo nombre y, por tanto, son reales. O todo lo reales que pueden ser las cosas narradas de forma parcial y envueltas de significados íntimos y personales. Sean o no verdad, hay que darlas por buenas.