«Muchos gallegos alucinan al saber que quien inspiró el personaje del Zorro estudió en Santiago»

Olalla Sánchez Pintos
Olalla Sánchez SANTIAGO

VIVIR SANTIAGO

Imagen de archivo del Pazo dos Irlandeses, en la rúa Nova
Imagen de archivo del Pazo dos Irlandeses, en la rúa Nova PACO RODRÍGUEZ

William Lamport, cuya apasionante historia sirvió de base para crear al héroe enmascarado, vivió en el Colegio de los Irlandeses, la joya patrimonial de la compostelana rúa Nova. Una nueva serie actualiza el personaje del Zorro

25 ene 2024 . Actualizado a las 08:28 h.

Admite que cada vez que durante una visita relata en la rúa Nova de Santiago, delante del Pazo dos Irlandeses o Pazo de Ramirás, que entre sus moradores y estudiantes estuvo el irlandés que inspiró el personaje del Zorro, la sorpresa suele ser mayúscula. «Es un dato que no muchos gallegos conocen; alucinan. Despierta su curiosidad», constata Javier Raposo Martínez, historiador y guía oficial de Turismo de Galicia, mientras recuerda para La Voz el paso por Compostela de una figura universal, y que está de nuevo de actualidad al estrenarse en televisión la serie Zorro, la versión contemporánea, guionizada por el vigués Carlos Portela, sobre las aventuras de ese héroe enmascarado.

«El personaje real en el que se inspiró en el siglo XX el periodista y escritor estadounidense Johnston McCulley para crear el personaje del Zorro fue Guillén Lombardo de Guzmán o William Lamport, un irlandés nacido en Wexford, en el sur del país, en 1611», rescata Javier Raposo, incidiendo en las ya fuertes convicciones religiosas de un joven formado en los agustinos y franciscanos y, una vez trasladado a Dublín, en los jesuitas.

Su siguiente parada lo situaría en Londres, adonde se trasladó para continuar estudios, aunque hay fuentes que defienden que no llegó a la capital inglesa, siendo asaltado su barco por un corsario e iniciando en ese momento William Lamport una navegación de dos años en un barco con patente de corso.

Un dato probado es que tras ese impasse, el joven irlandés desembarcó en A Coruña, donde conoció a Antonio de Toledo y Salazar, marqués de Mancera, quien lo becó para estudiar en el Colegio de los Irlandeses de Santiago. Este centro fue el segundo de los cinco impulsados en España para contrarrestar el avance de la reforma religiosa anglicana y cobijar a exiliados irlandeses. «En el siglo XVI, durante el reinado de Isabel I de Inglaterra, huyeron al continente millares de irlandeses a causa de la persecución política y religiosa de la reina, constituyendo en varios países comunidades propias. En distintos colegios se acogió a jóvenes perseguidos por herejía», recuerda Javier Raposo.

En el caso del colegio compostelano fue el jesuita Tomás White quien pidió permiso a Felipe III para abrirlo en 1603. Se levantó en la rúa Nova y funcionó hasta 1770, cuando desaparecería a raíz de la expulsión de los jesuitas decretada por Carlos III.

«William Lamport continuó allí su formación en distintas disciplinas, como gramática o teología. Su paso por la ciudad fue breve. Se cree que llegó sobre 1626, con 15 años, y pudo estar en Compostela hasta 1628. Desde el colegio de Santiago saltó al que se había abierto en Salamanca, donde destacó tanto por su inteligencia como por su destreza en la esgrima. Siempre se relacionó su figura con la de hábil espadachín. Con apenas 20 años, ya ingresó en el Colegio de San Lorenzo de El Escorial, un centro de estudios reservado a la élite de la corte de Felipe IV. Distintas fuentes apuntan que fue el propio conde-duque de Olivares, valido del rey Felipe IV, quien lo aupó», prosigue Javier Raposo.

Terminados sus estudios, ingresaría en la milicia y, ya como capitán del ejército español, destacaría en conocidas batallas, preparándole a continuación el conde-duque de Olivares para servir en lo que se conocía en ese momento como virreinato de Nueva España.

Una vez desembarcado en México, y tras rechazar tanto la represión ejercida sobre indígenas, negros y criollos como el abuso de poder de la Inquisición o lo que veía como ilegitimidad de los reyes españoles para detentar el poder en América, fue cuando su fama y su leyenda se acrecienta, sobre todo tras urdir un plan con el que, falsificando documentos, se haría pasar por hijo natural de Felipe III, con el propósito de usurpar el puesto del virrey para liberar a los oprimidos. «Fue un personaje disruptivo, que parece que estuvo en todos los saraos», describe de forma gráfica Javier Raposo, evocando que hay quien incluso asegura que durante una estancia previa en Amberes el irlandés fue retratado por pintores como Rubens o Van Dyck.

Tras ser delatado su plan, William Lamport fue prendido, encarcelado, y en 1659, condenado a muerte por un tribunal de la Inquisición en México, país donde muchos lo consideran hoy en día como el precursor de la independencia mexicana.

En el ámbito literario, su apasionante vida inspiró a Johnston McCulley para escribir en 1919 La maldición de Capistrano, donde ya aparecía por primera vez la figura del Zorro, ese personaje que, tras identificarse en el cine con un pañuelo en la cabeza y antifaz, llegó hasta nuestros días como símbolo de lucha contra la injusticia o liberación de la opresión a los más débiles.

«En el Pazo dos Irlandeses no se guardan referencias al paso de William Lamport por el colegio, pero es un dato que se singulariza en todos los escritos sobre su trayectoria», apunta Javier Raposo, aludiendo de nuevo al inmueble de la rúa Nova donde estudió.

Esa joya patrimonial, tras dejar de ser colegio, fue adquirido por el marqués de Casa-Pardiñas. Con los años sería adquirido por los Harguindey, la conocida familia de origen francés que se asentó en Santiago relanzando aquí el negocio de curtidos. Pese a esos cambios de titularidad, la cofradía de los irlandeses que lo abrió logró que se mantuviese viva una tradición, la de que sus descendientes irlandeses pudieran visitarlo. «Moitos irlandeses de visita en Santiago querían rezar ao San Patricio que está no pórtico. Hai cinco anos abrín a porta ao último grupo», apuntaba aún hace poco en una entrevista Santiago Álvarez, el compostelano que se mantiene como el guardés del Pazo dos Irlandeses. 

«Aún hay muchas historias fascinantes, y a la gente le encanta descubrirlas. Lo compruebo en cada visita», refrenda el guía Javier Raposo Martínez.

La serie Zorro se estrena este jueves 25 en Prime Video y el próximo domingo, en abierto, a La 1 de Televisión Española.