Una jornada para añorar a los más queridos

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Natalia R. Noguerol

Las flores transforman los camposantos de toda la comarca en grandes jardines

02 nov 2016 . Actualizado a las 22:05 h.

Desde hace unos días resulta difícil encontrar una lápida o nicho en los numerosos cementerios parroquiales y municipales de Santiago y sus comarcas que no reluzcan para celebrar el Día de Todos los Santos. Miles de flores transforman la imagen siempre triste y fría de los camposantos en jardines llenos de color. Aunque las familias acuden desde hace días a los cementerios para preparar las tumbas para Todos los Santos, fue en la jornada de ayer cuando tuvo lugar la gran avalancha de visitantes, favorecida además por el buen tiempo.

Compostela dispone de un cementerio municipal, en Boisaca, donde solo es posible adquirir un nicho en régimen de concesión administrativa por 99 años. Una visita pausada permitiría descubrir las joyas escultóricas del gran camposanto que no pueden apreciarse con facilidad, porque en Boisaca se ha aprovechado tanto el terreno disponible que las lápidas están colocadas en el centro de grandes manzanas, sin casi espacio libre entre ellas.

Además del camposanto municipal, junto a las iglesias parroquiales del rural compostelano y también de barrios tradicionales en Conxo y Castiñeiriño, se pueden encontrar cementerios de las familias más antiguas de las parroquias, que adquirieron las tumbas hace décadas. Uno de los más peculiares de la ciudad está en el parque de Bonaval, junto a la capilla, y al que se accede por una puerta situada en la escalinata de la rúa del mismo nombre. Este pequeño cementerio, con árboles y espacios verdes, es exclusivo para un puñado de familias compostelanas, vinculadas en su origen al casco histórico y también a la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario. Este espacio, próximo a la iglesia, fue lo único que se salvó cuando se cerró el cementerio de Bonaval.

La imagen de familias al completo portando flores, y en algunos casos cubos, trapos y detergente para limpiar los panteones, se repite en los camposantos de toda la comarca. En Padrón, el cementerio del Monte de Santiaguiño es de difícil acceso para las personas con movilidad reducida, en especial para aquellas que deben usar una silla de ruedas. La entrada al camposanto se hace por unas escaleras, y no hay rampa. Esta es, precisamente, una vieja demanda de los vecinos usuarios de esta instalación municipal, así como su ampliación y un buen mantenimiento a lo largo de todo el año. El camposanto de Iria Flavia también precisa de ampliación, pero no es posible al no haber terreno apto para ello. En Rois, el moderno cementerio parroquial de Aguasantas celebra su primer Día de Santos, después de su inauguración el pasado mes de abril. Este camposanto supuso una inversión de 350.000 euros.

En Melide se construyó hace tiempo un segundo cementerio municipal en Furelos, al quedarse pequeño el de O Castelo, en pleno Camino de Santiago.

Información elaborada con aportaciones de Uxía López y Natalia R. Noguerol