La obra de la A-54 descubre restos de una comunidad de la Edad de Bronce

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

O PINO

PACO RODRÍGUEZ

Hallaron en O Pino 160 estructuras arqueológicas en un radio de dos kilómetros

30 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los estudios de impacto ambiental en las obras de la A-54, la autovía que une Santiago con Lugo, están dando una información de incalculable valor sobre los antiguos asentamientos poblacionales en la zona. A los hallazgos que hace tiempo se encontraron en Palas de Rei se unen ahora los que los técnicos que trabajan con la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta descubrieron en el tramo de las obras que va de Lavacolla a Arzúa; en concreto, en la zona conocida como Mámoas de Fontalén (O Pino), donde se registró la presencia de hasta 160 estructuras arqueológicas datadas hace 3.000 años, en la Edad de Bronce, y que hacen pensar en un importante asentamiento poblacional en ese ámbito que, como indican los técnicos, «rellena un importante hueco en la arqueología gallega».

Los estudios se realizaron en los meses de febrero y marzo y corrieron a cargo de la empresa lucense Fortes & Herves Asociados, bajo la supervisión de Patrimonio y de Carreteras del Estado, que es de quien depende la obra. Ya se tenía constancia en esa zona de restos tumulares -vestigios de antiguos enterramientos- que en parte habían sido seccionados por la concentración parcelaria. Pero lo que los técnicos hallaron ahora es de un valor incalculable.

Con el desbroce manual del terreno en un área de tres hectáreas y en un radio de dos kilómetros cuadrados, y mediante estudios de fotometría e imágenes captadas por drones, los arqueólogos registraron 160 estructuras arqueológicas que dan idea de un gran asentamiento poblacional que luego se estudiará con detenimiento, pero que aportará información inédita sobre los antiguos moradores de una zona sobre la que había muy pocos datos. Además de los túmulos de los que ya se tenía constancia, los restos de los llamados fondos de cabaña -estructuras habitacionales- son muchos y variados, desde 1,2 metros de diámetro a 7 metros en algunos casos, con plantas o bien alargadas o circulares y oblongas.

Los estudios están en su inicio y los técnicos todavía no pueden extraer muchas más conclusiones del hallazgo, pero lo harán con el tiempo, porque se están recogiendo muestras que serán analizadas mediante carbono 14 para datarlas con más precisión.

Las estructuras se han localizado en dos áreas del trazado. En una de ellas, tal y como informa Patrimonio, se está procediendo a la excavación arqueológica, mientras que en la otra está previsto «definir un proxecto de características semellantes cara ao seu estudo, documentación e rexistro», de forma que «permitan afondar máis no coñecemento deste período».

Las obras no corren peligro

Que el hallazgo sea muy importante no quiere decir que corra peligro la obra de la A-54, una actuación que ya ha sufrido muchos retrasos a lo largo de los años. Porque si bien desde el punto de vista científico el descubrimiento es muy importante, no tiene interés visual; es decir, no se van a recuperar los restos para ser musealizados, en parte por el deterioro y la antigüedad de los mismos. Es más un trabajo de recogida de datos y estudio que de divulgación, aunque se espera que con el tiempo sí aporten información suficiente para saber más de los moradores que había en Galicia hace más de 3.000 años.

No es la primera vez que ocurre. Ya en la construcción de otras autovías y vías de alta capacidad trazadas en Galicia se obtuvo información muy importante de las estructuras que permanecen encerradas en el subsuelo. Se debe a que estas actuaciones obligan a desbrozar y despejar amplios espacios de terreno que permiten observar lo que hay bajo los matojos en unos suelos que, de no ser por esas obras, seguirían vírgenes.

Lo cierto es que tanto los trabajos de la A-54 como vestigios de otras épocas halladas en Palas de Rei, en Melide o en Arzúa dan una idea de la importancia de la zona desde el punto de vista arqueológico.

Los expertos creen que se rellenará un hueco importante en la arqueología de Galicia