La localidad natal del desaparecido se movilizó en apoyo a la familia
31 mar 2019 . Actualizado a las 11:00 h.De agradecimiento y emotivo llamamiento para que regrese a casa. Así fueron las palabras que dirigió la familia de Emilio Pintor Mella, el vecino de A Coruña al que se le perdió la pista el pasado 21 de febrero, a los asistentes a una marcha que para que no cese su búsqueda recorrió, a media tarde, el centro urbano de Melide, el municipio natal del desaparecido. Una hermana del hombre leyó el manifiesto con el que concluyó, en la plaza de O Convento, un acto, distinguido por un respetuosísimo silencio, solo roto por el aplauso de los varios cientos de asistentes, unos quinientos, según fuentes municipales.
Para ellos se pronunció un agradecimiento especial porque «de xeito anónimo e desinteresado axudan na procura e secundan todos os actos que se están a levar a cabo». Igual gratitud se expresó para los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado por su «incansable labor na procura e por evitar que caiamos no desánimo». La familia de Emilio Pintor, natural de la parroquia melidense de Zas de Rei, encabezó la marcha y posterior concentración, en la que le dejaron un mensaje al desaparecido: «Necesitamos a túa presenza, non dubides nin por un minuto en volver porque te estamos esperando cos brazos abertos. O único que desexamos é que volvas a casa e lembra que todos xuntos todo o podemos solucionar».
La pista se perdió hace un mes y diez días en la Ribeira Sacra
«Emilio volve con nós». Así concluyó la intervención de la hermana de Emilio Pintor en la marcha y posterior concentración en la que varios cientos de personas se sumaron en Melide a la petición de la familia para que no cese la búsqueda de este hombre de 43 años que lleva un mes y diez días en paradero desconocido. Su búsqueda se centró en un tramo de 10 kilómetros del río Miño, acotado entre la presa de Belesar y el meandro conocido como Cabo do Mundo, a la altura de la playa fluvial de A Cova, en el municipio de O Saviñao.
La zona del embalse de Os Peares, en la lucense Ribeira Sacra, es muy conocida para Emilio Pintor pues a ella se desplazaba con frecuencia desde la lonja de A Coruña para repartir pescado en varios supermercados. La Policía Nacional, que lleva el peso de la investigación, y la Guardia Civil colaboran en las labores para intentar localizar el paradero del melidense, al que se le buscó, sin resultado, con medios como un sonar y un robot subacuático.