Los vecinos del coto de Carmoega dependieron de la Casa hasta el XIX

C. GÓMEZ / F. RUBIA LALÍN

MELIDE

ARQUIVO GRÁFICO GÓMEZ BUXÁN

Los antiguos escudos de armas hacen referencia a la familia que lo habitaba en el siglo XVI Dueños de bienes y hombres, desde la Edad Media la Casa de A Pena añadía a sus numerosas propiedades el Coto y vasallaje de Carmoega, recuerdo de épocas feudales que se mantuvo hasta la supresión de los señoríos. Emparentados con las familias más nobles de Deza y Melide, como los Taboada, los Varela y los Pimentel de Vilar de Ferreirós, mantuvieron en alto durante todos los largos siglos de historia de la Casa da Pena el recuerdo de su antigua hidalguía, así como las posesiones que los convirtieron en tiempos medievales en señores de vasallos, con jurisdicción civil y criminal en términos de su Coto.

01 jul 2000 . Actualizado a las 07:00 h.

El coto de Carmoega estuvo vinculado desde el siglo XIV al Monasterio de Oseira, que en 1414 aforó a Juan Ganso y a su mujer Teresa Gómez las casas y heredades que tenía el citado monasterio en el coto de Carmoega con su «cotería», por seis tegas de pan de renta, otros servicios y vasallaje. Posiblemente descendiente en este foro fue Rodrigo Gómez Varela, dueño de la Casa da Pena y jurisdicción de Carmoega (finales del siglo XV). Unida a los Brandariz Como heredera dejó a su hija Isabel Varela de Ramil (relacionada con la Casa de Ramil, antiguo solar de los Varela). Contrajo matrimonio con el escudero Pedro Ares de Brandariz, dueño de la Torre de Brandariz, en Baíña. Heredó la Casa de A Pena Margarita Gómez Varela, hija de los anteriores, que se unió con Pedro Ojea de Freufe (emparentado con el Pazo de Pedroso, en Oirós), del que tuvo varios hijos, entre los que hallamos a Fructuoso Varela, cura de Losón, Pedro Varela de Albán, Jácome Ojea e Isabel Varela de Albán, que fue la sucesora en Carmoega. Los esponsales de esta última con Juan Mosquera supusieron el entronque con una de las casas más antiguas e importantes de este apellido, la de Lodoira, en tierras de Mesía (cerca de Santiago). Vivían en Carmoega a finales del siglo XVI. Entre sus hijos encontramos a Pedro Ojea de Villamarín, Lope Díaz de Oca y Antonio Mosquera (cuyos descendientes fueron señores del coto de Filgueira, en la misma parroquia). Entronque con los Taboada Pedro Ojea tuvo por heredero a Juan Mosquera Villamarín, vecino y dueño del Coto, jurisdicción, sinecura y vasallaje de Carmoega, así como de la Casa de A Pena. Falleció sobre 1670, siendo enterrados sus restos en la sepultura que estaba junto a la pared del lado del Evangelio, en el Coro de la iglesia parroquial. Había casado en dos ocasiones, la primera con una señora de tierras orensanas de la ignoramos el nombre, relacionada con los Noguerol y los Puga, de la que tuvo varios hijos, y la segunda con María Rodríguez Rebellón (hija de Antonio Taboada Monteagudo, señor de la Casa de Brenzos, en Losón), de la que tuvo al secesor, la cual otorgó su testamento el 2 de noviembre de 1684, siendo sepultada también en Carmoega. Matrimonios en Melide Francisco Antonio Mosquera Taboada, heredero del coto de Carmoega y de la Casa de A Pena, contrajo matrimonio con Manuela Varela Saavedra (hija de Domingo Varela de Boado, dueño de la Casa de la Torre de Santa María de Barazón _Melide_ y de Benita Díaz de Saavedra, de la Casa de Altamira, en Cumeiro). Sucesor en la Casa fue su hijo José Mosquera Villamarín, que no tuvo sucesión, siendo hermana suya, entre otros, Francisca Mosquera, casada con Francisco Rodríguez Varela, dueño de la Casa de Outeiro, en Santa Comba (Agolada). Al no tener descendencia el citado José, pasaron los vínculos que poseía a su sobrino Domingo Antonio Mosquera, que fue marido de Joaquina López de Surribas, dueña de la Casa Grande de Chedas, en Zobra.