Ferreiros

Cristóbal Ramírez

AMES

07 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

De desierto cultural -¡para organizar una conferencia había que pedir un permiso político!- a bendita inflación de actos. En 40 años el panorama cambió por completo. Y Santiago va a la cabeza de toda España en ese ránking de ciudades con mayor oferta cultural, críticas aparte que siempre las habrá. Oroso de una manera continuada y Ames con cierto complejo de Guadiana son los municipios que siguen esa estela, si bien a años luz de la capital, lo cual nadie considerará ilógico.

Y en esa inflación hay citas e iniciativas que pasan de puntillas. Como uno más, vaya, cuando no lo son. Por ejemplo, la brillante exposición que hicieron durante una jornada diversos europarlamentarios centrada en la importancia y trazado de las rutas jacobeas en sus respectivos países. O, en otra dimensión, el mercadillo navideño en la sede de Abanca.

En esa línea, el jueves pasado se inauguró un fotoensayo del periodista y fotógrafo José Salgado que en absoluto constituye un acto más. Son 72 imágenes entradas en tres municipios limítrofes asturianos y tres gallegos (A Fonsagrada, Riotorto y A Pontenova). Inmortalizan un mundo que lucha por sobrevivir y lo consigue a duras penas a pesar de la llegada de sangre nueva -asiática, austríaca- y del que otrora Galicia entera estaba orgullosa: los ferreiros.

Porque a ellos se refiere esta exposición, titulada con retranqueira ambigüedad A Idade do Ferro. Personajes que ya cumplieron los 90; niñas que crecen rodeadas de yunques, fraguas, cuchillos y hoces; hombres hechos y derechos que recogen el testigo de padres y abuelos… La visita al Museo do Pobo Galego debería ser obligada al menos para todos los escolares de Santiago y aledaños.