Alba Cuns supera una grave lesión y reaparece haciendo mejor marca personal con la Universidad de Louisville
SANTIAGO
La joven triplista de Negreira, que tiene a Ana Peleteiro como gran referente, mira al futuro «sin marcar muchos objetivos ni tampoco ponerle límites»
08 dic 2025 . Actualizado a las 20:50 h.Alba Cuns (Negreira, 2004) pasó de entrenar en el instituto de su localidad natal y hacer la batida del triple salto sobre unas colchonetas, porque no había foso, a ganarse una beca en Kentucky, en la Universidad de Louisville. Una grave lesión de espalda le ha llevado a estar año y medio alejada de las pistas. Incluso planeó la sombra de una retirada prematura. Pero la suya es una historia de superación. Acaba de reaparecer, y lo ha hecho con su mejor marca personal: 13.25, siete centímetros más que la anterior.
Lo cierto es que se cruzó con el triple salto sin buscarlo ni pretenderlo. Practica el atletismo desde niña, pero no había probado con esta modalidad hasta que un día, en un campeonato, necesitaban completar el equipo y la cogieron voluntaria. Sin haber trabajado nunca esa especialidad, consiguió mínima para el Campeonato de España de su categoría. En cadetes firmaba mejores registros que su gran referente, Ana Peleteiro. Antes de cumplir los 18 ya se colgó la medalla de oro en el Nacional sub 20 y rozó el podio en el absoluto.
En el verano del 2022 viajó a Kentucky para compaginar sus estudios de ingeniería informática con su pasión por el atletismo. Y ahí le tocó madurar en progresión geométrica. Le costó la adaptación y, cuando estaba ya volviendo a coger impulso, llegó una grave lesión de espalda que le obligó a pasar por el quirófano, un 18 de octubre del 2024.
Casi podría recordar todo el proceso de recuperación minuto a minuto, sobre todo la fase inicial: «Estuve dos noches en el hospital tras una mala reacción al despertar de la anestesia y por el antibiótico. La progresión durante la primera semana fue impresionante, pasando de no poder casi levantarme a empezar a sentarme e incorporarme para comer unos minutos, y ya en unos días a caminar y salir a dar pequeños paseos. Los primeros dos meses no podía levantar peso ni alcanzar objetos en estanterías altas, y tenía un cinturón de apoyo para la espalda. Durante las Navidades podía hacer ejercicios de fuerza del tren inferior y caminar y hacer ciclismo».
A principios de año recibió otro impulso: «En la revisión nos dan buenas noticias y hay cierto crecimiento óseo en la zona».
La recuperación iba por buen camino. Pero empezaba otro largo proceso, no exento de paciencia, para saber hasta que punto podría seguir compitiendo y en que nivel: «Empecé a trabajar con el equipo de rehabilitación física para mejorar la técnica, fortalecer la espalda, los glúteos y flexores de cadera, y prevenir lesiones. Sigo haciendo ese trabajo de fortalecimiento y prevención de lesiones. En febrero me dan el alta y empieza mi progresión de carrera. El primer mes y medio trabajamos en la cinta de correr de antigravedad y en la piscina. Ya a finales de marzo, pasamos a la hierba y luego la pista. Durante el verano los entrenamientos van creciendo en volumen, intensidad y velocidad, compaginándolo con las primeras sesiones de pesas. En agosto empecé los entrenamientos oficiales con mis compañeros y entrenador».
Quedaba la última fase, también laboriosa, sin descuidar la cabeza: «Han sido unos meses de entrenamientos muy buenos, con mucho volumen y trabajo de fuerza y velocidad. Nos hemos centrado mucho en una progresión lenta, y adquiriendo buenos hábitos. Las sesiones han estado siempre muy centradas en la técnica y la calidad, y escuchando al cuerpo. Fueron muchas charlas con mi entrenador sobre los objetivos y las sensaciones. Mucha concentración y trabajo mental para volver a adquirir gestos técnicos y aprender muchas cosas de nuevo, dando mucho espacio a la recuperación y una buena nutrición».
Decidieron que en diciembre llegaba la hora de competir, a modo de test para calibrar. Y los resultados han sido excelentes: «Sabíamos que estábamos en un buen estado de forma, pero no me esperaba un comienzo de temporada y una vuelta tan buena. Tras cuatro años vuelvo a hacer marca personal. Con muchas ganas de seguir entrenando y centrándome en disfrutar de las pequeñas cosas de cada sesión, y poder competir con todos mis compañeros. Esa es la gran victoria, el poder entrenar y competir de nuevo. Por ello, no quiero marcar muchos objetivos ni tampoco ponerle límites. Me planteo lo que viene con muchas ganas de pasármelo bien y estar sana».
Alba Cuns podría hacer suyo el «como decíamos ayer...» con el que Fray Luis de León reanudó sus clases universitarias tras años en prisión por la Inquisición.