Los pasajeros de un viaje del Imserso a Benidorm pasan su primer día de vacaciones tirados en el aeropuerto de Santiago

La Voz SANTIAGO

SANTIAGO

Cedida

Su avión salió rumbo a Alicante con nueve horas de retraso

20 feb 2024 . Actualizado a las 23:30 h.

Decenas de pasajeros gallegos de un viaje del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) con destino a Benidorm y otras localidades de la zona, cuyo avión tenía que haber despegado del aeropuerto de Santiago este martes a las 13.00 horas, pasaron el día desesperados en la terminal y sin recibir información fiable sobre su hora de salida. Solamente les dijeron que el avión que tenía que llevarles al aeropuerto de Alicante se había averiado y que esperaban la llegada de otro desde Italia. La falta de información y de atención de la compañía exaltó los ánimos de los pasajeros, alguno de los cuales llegó a tirar el billete y acto seguido abandonó la terminal.

Pura Álvarez, vecina de Celanova y en sus primeras vacaciones con el Imserso, llegó a Lavacolla en un autobús que, al completo con más de cincuenta personas mayores, había salido de Ourense a las 9 de la mañana. Explica que enseguida les dijeron que el despegue del avión, de la compañía de vuelos chárter AlbaStar, se retrasaría una hora a causa de una avería, y que si la demora fuese mayor les facilitarían la comida en la terminal. Nada más supieron hasta que, a las 14.30 aproximadamente, fueron llamados para embarcar. Cuando numerosos viajeros ya habían pasado el control y estaban en la pasarela de acceso al avión, el embarque fue interrumpido y todos volvieron a la terminal, no sin antes tener que esperar, parados en la pasarela durante veinte minutos, «ni para adelante ni para atrás, tirados en el túnel de embarque, nos tratan como a borregos», lamentaba el coruñés Braulio.

En esos momentos, el ambiente, ya muy caldeado, estalló. «Entonces nos dijeron que el avión saldría a las seis de la tarde, y la armamos», explica Pura para referirse a las protestas de los afectados —calcularon que serían más de 150 pasajeros, procedentes de las cuatro provincias gallegas— que hasta ese momento no habían recibido ninguna atención por parte del personal de la compañía: «Nadie se había ocupado de nosotros».

Ante las protestas, cada uno de los viajeros recibió, aproximadamente a las 15.30 horas, un vale de 30 euros para consumir en la cafetería del aeropuerto, porque no habían comido nada hasta ese momento. El gasto de esos vales debía realizarse en dos veces, quince euros cada una, en previsión de que el retraso fuese de larga duración, hasta la noche, lo que tuvo confirmación cuando Pura preguntó y le dijeron que un segundo avión, que llegaría para recogerlos desde Italia, vía Alicante, partiría en torno a las 21.30 horas. En este mismo avión regresaban a Galicia los participantes en otra expedición del Imserso que concluyeron su estancia de siete días en Benidorm. Ellos también salieron con retraso, porque tenían que haber despegado de Alicante a las 15.20 horas.

Los pasajeros que esperaban en Lavacolla tenían motivos para no fiarse de la información que estaban recibiendo, y aunque finalmente casi se cumplió la última previsión, porque a las 21.00 empezaron a embarcar y despegaron a las 22.00, Pura y otros compañeros de viaje ya lamentaban la pérdida del primero de sus siete días de vacaciones: «Como pronto, no llegaremos a Benidorm antes de las doce de la noche». Algunos de ellos habían salido de sus casas antes de las siete de la mañana para llegar a tiempo al aeropuerto de Santiago.