El instituto que dio vida a todo un barrio de Santiago cumple tres décadas creando artistas

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Imagen histórica del inicio de las obras en los años 90
Imagen histórica del inicio de las obras en los años 90 Andrés Romarís

El IES de Sar prepara un 2024 repleto de cultura gracias a la colaboración de exalumnos como Gloria Pavía, Adrián Costa, Lidia Cao o Faia Díaz

15 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Era 1994 cuando el IES de Sar abrió sus puertas. «La zona no estaba ni urbanizada, no había accesos, el instituto se encontraba en medio de fincas y huertas». El que habla es Baldo Ramos, vicedirector de un centro que dio vida a todo un barrio: «De alguna forma su presencia motivó que se urbanizara y creciera toda la zona. Existía una necesidad de plazas de secundaria que vino a ocupar y que provocó que durante los primeros años llegara a tener unos 700 alumnos».

Tres décadas después, por sus aulas han pasado miles de jóvenes, muchos de los cuales optaron por este centro por una particularidad: es el único del área de Santiago con bachillerato de artes. Músicos como Adrián Costa, Gloria Pavía, Faia Díaz y Tomé Mouriño, la muralista Lidia Cao, y el escultor Diego Vidal, se formaron en el instituto, al que regresarán a lo largo de este curso para ejercer como faros para las próximas generaciones.

En sus 30 años de historia se han vivido múltiples etapas, pasando del éxito de los inicios a la caída de alumnos a partir del 2000. «Al principio, el centro incluso llegó a estar muy masificado. Fue perdiendo alumnado a raíz de que se abrió el Antonio Fraguas y otros institutos cercanos. En ese momento, la Escola Oficial de Idiomas decidió colocar aquí su sección de inglés, lo que motivó que hubiera docencia también por las tardes», explica Ramos, quien reconoce que la última década ha sido la de la consolidación y recuperación: «Llegó a caer a 260 alumnos y ahora estamos en 460. El próximo año la previsión es llegar a los 500. Vuelve a ser un instituto que interesa a las familias. Tenemos varios centros adscritos que cada año nos mandan alumnos».

La evolución la confirman los tres grupos que tienen en primero de bachillerato y la revitalización de la ESO: «Antes esa era una de las carencias. El instituto se mantenía por el alumnado del bachillerato de artes, pero ahora entran muchos jóvenes desde la ESO, lo que nos permite tener cantera. Eso sí, el mayor atractivo del centro sigue siendo la formación en artes, que motiva que tengamos estudiantes de Muros, Melide, Arzúa y de toda el área de Santiago».

¿Pero no se encuentra el arte en horas bajas? «Nuestros exalumnos no nos cuentan eso. Hay mucha gente que pasó por nuestras aulas que están despuntando en múltiples sectores. La formación artística te permite realizar estudios de todo tipo. Faia Díaz, cantante de De Vacas, me decía que le había resultado muy útil haber cursado el bachillerato aquí para formarse como persona y artista», contesta Ramos, quien destaca su utilidad para sectores como la moda, la fotografía, la música o la escultura: «Te da un bagaje que permite que te amoldes a cualquier ámbito cultural, algo que actualmente está en auge y que cada vez mueve más dinero».

Anxo Angueira protagonizó la primera charla impartida en el centro
Anxo Angueira protagonizó la primera charla impartida en el centro Baldo Ramos

El aniversario

Para recordar los 30 años que han pasado desde la apertura del instituto, los alumnos recibirán la visita de diversos nombres propios de la cultura gallega. El primero ya fue el escritor Anxo Angueira, presidente de la Fundación Rosalía de Castro, que explicó la visión de la poetisa sobre la comarca y el río Sar. El siguiente será el fotógrafo Xurxo Lobato, aunque también habrá hueco para Jaione Camborda, cineasta que ha ganado la Concha de Oro, o la soprano Anna Mélikhova. «Estamos muy entusiasmados con el futuro. Vemos a las familias muy implicadas y cuando se da la complicidad entre alumnado, familias y profesorado es muy fácil trabajar», reconoce Ramos, quien cree que el centro seguirá creciendo de la mano de las nuevas generaciones que, admite, «no creo que haya demasiadas diferencias en comparación con las de hace 30 años».

El problema considera que pasa por un uso indiscriminado de las pantallas, algo que afecta también a los adultos: «Sigue habiendo estudiantes talentosos y trabajadores. Se dice que la juventud es pasota, pero yo la veo responsable y comprometida con el esfuerzo». Al menos, así es en el IES de Sar, que cumple ya tres décadas formando alumnos desde un barrio de Santiago que ayudó a construir.