¡Más multas!

Cristóbal Ramírez

SANTIAGO

04 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Soy rotundo partidario de las multas de tráfico. Rara avis, desde luego, en este país donde todo el mundo protesta porque le han puesto una, sin fijarse si fue justa o no. En el más de millón de kilómetros al volante me han multado media docena de veces. Dos, porque eran tiempos lejanos y tenían que recaudar, y de nada valieron recursos incluso al ministro de Justicia, que seguro que ni miró las fotos que le envié. El resto, por pecados veniales, como por ejemplo ir a 69 en un lugar de 60. Ninguna por nada serio, y desde luego no conduzco con alcohol. Otras drogas no uso, gracias.

Pero visto los cernícalos que afloran en nuestras carreteras, que se pegan al culo de mi coche (con perdón) a 140 en la AP-9 y te meten luces, lo estupendo es que los cacen los radares, fijos o móviles, me da igual. Por eso defiendo el que hay frente a El Corte Inglés, tremendamente necesario, aunque discrepe, desde mi ignorancia, de la utilidad del de Conxo: ir a 50 por hora en ese lugar parece un poco exagerado.

Defiendo también que las multas sean graduales. No solo como ahora (a más velocidad más sanción), sino por el número: si se pasa de velocidad seis o siete veces, a la sexta o séptima tiene que quedar temblando la economía doméstica. Y si hace falta, recuperar el encierro en casa el fin de semana. Es la única manera de imponer un poco de sensatez en el asfalto. O podemos seguir como estamos, comentando que un ciudadano se ha estrellado a las tantas de la noche con alcohol y alguna otra droga en su cuerpo. Lamento ser tan poco cristiano, pero conste que tales casos yo no los lloro: prefiero eso a que se lleven por delante a un hijo mío o dejen en silla de ruedas a la nieta del lector.