El público coreó las canciones y bailó en la gran «foliada» del Trad Fest

p. c., I. c. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

«Só houbo un tímido que non bailou», bromea Atocha Ramos, de Pan.Sen.Fron tras el recital de este grupo en Bonaval

31 jul 2023 . Actualizado a las 01:31 h.

Compostela Trad Fest, el festival de la música, los cantos y los bailes tradicionales de Galicia en sus manifestaciones más diversas, desde la pura tradición a los formatos más modernos, llenaron de espectáculo, al que se sumó el público danzando y cantando, los tres escenarios instalados en el histórico parque de Bonaval, así como la iglesia de San Domingos. «Só houbo un tímido que non bailou», decía entre risas Atocha Ramos, una de las cantareiras y pandeireteiras del numeroso grupo Pandeireteiras Sen Fronteiros (Pan.Sen.Fron), que cerró los conciertos de la mañana poniendo a bailar no a todos, pero sí a una gran parte de los asistentes a su actuación, un derroche de alegría y animación, una gran foliada multicultural en el escenario Palco dos Arcos.

El Trad Fest es un festival de contrastes. Al mismo tiempo que Pan.Sen.Fron animaba el cotarro en el parque, a escasa distancia, en la iglesia de San Domingos, el público aplaudía con entusiasmo la actuación de Xoán Curiel, a la guitarra y voz, acompañado al arpa por Bleuenn Le Friec y la maravillosa voz solista Iria Estévez, interpretando la versión contemporánea de las cantigas gallego-portuguesas de hace ochocientos años incluidas en su último trabajo discográfico, «Treides comigo!». Al término de su concierto, tras una pieza cantada a capella, el compositor e intérprete compostelano se mostraba encantado de poder ofrecer su música la público, por primera vez, en un lugar tan simbólico como San Domingos, y al tiempo calificaba el Trad Fest como un festival para disfrutar: «Pola tarde volverei, pero para gozalo cun grupo de amigos».

El festival había comenzado con el taller de regueifas de una de las mayores expertas en esta manifestación de la tradición oral gallega, Alba María, que repitió por la tarde con un «alumnado» numeroso y muy aplicado.

El primer concierto de la mañana fue, en el escenario Palco dos Arcos, el del trío de reciente creación Sindicato do Folclore, que empezó a animar el Trad Fest con versiones de temas populares en las que su violinista, Carlos Quintá, tuvo la complicidad del público. Para el líder del grupo, que el año pasado acompañó a Xisco Feijoó en el concierto de cierre del Trad Fest en A Quintana, la eclosión de la música tradicional de Galicia en sus múltiples manifestaciones, «como a nosa, que facemos tradi progresivo», no es una moda pasajera.

El trío Abril fue el encargado de empezar a animar el festival a primera hora de la tarde, seguido por la música instrumental del acordeón diatónico de Didier Laloy y el violín de Damien Chierici, el dúo belga Duplex que más tarde formaría parte del grupo de Verónica Codesal; y el cuarteto Niezh, que hicieron su versión bretona de la foliada porque también pusieron al público a bailar. Y la animación del respetable fue aún a más en el Palco Arcos con los compostelanos Brúa, que presentaron los temas de su reciente primer trabajo discográfico, del mismo nombre.

En paralelo a la música festiva de Brúa sobre el césped de Bonaval, en el monumental escenario pétreo de la iglesia de San Domingos, David Bellas e Iván Abal mostraban el producto de su trabajo de creación de un repertorio, hasta ahora prácticamente inexistente, para zanfona y gaita, una recuperación desde la contemporaneidad de piezas medievales y otras creaciones propias, compuestas por el gaiteiro vivariense David Bellas. Al igual que Xoán Curiel por la mañana, el dúo instrumental fue muy aplaudido en Bonaval.

Feria de artesanía

En el recinto del Trad Fest en Bonaval y posteriormente en los conciertos fin de fiesta de la Praza da Quintana estuvieron varios miembros de la corporación municipal de Santiago, entre ellos la alcaldesa, Goretti Sanmartín, que se declara fan de este festival.

El numeroso público tuvo desde primera hora a su disposición los productos a la venta en la veintena de puestos de la feria de artesanía instalada en la zona de acceso al festival, en la explanada de la parte posterior del CGAC, y quienes no quisieron salir del recinto del Trad Fest pudieron comer a la sombra de los árboles en las mesas instaladas junto a un puesto gastronómico y una barra de bebidas.