Fundaspe

Cristóbal Ramírez

SANTIAGO

06 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Telmo no nació en Oroso. Es de Ourense, pero lleva 18 años viviendo en ese ayuntamiento de la comarca compostelana. Y es el tipo más optimista que anda por el planeta Tierra: no hay nada que le haga decaer el ánimo. Una rara avis que, con la cabeza bien asentada sobre los hombros, se embarca en mil y una pequeñas aventuras (y alguna no tan pequeña).

Familia aparte, uno de sus dos amores es Fundaspe (el otro, el Real Madrid), la fundación que promueve la altruista donación de sangre, actividad en la que las medallas no brillan, un trabajo humilde, una muestra de solidaridad constante. Porque esta misma tarde quien esto escribe o quien esto lee pueden necesitar sangre, y si no hay donantes mal vamos.

Y a eso se dedica Telmo. Y a un montón de cosas más, pero Fundaspe ocupa un lugar preferente en su corazón. Lo curioso no es que sea un hombre discreto que desde luego no espera recompensa alguna. Lo curioso es que en la urbanización de Oroso donde vive tan solo un reducido grupo de vecinos saben de su vida, y él se empeña en cumplir aquello de que lo que haga tu mano derecha que no lo sepa la izquierda. Para él, lo importante es que cuando el autobús de donación de sangre aparque en Sigüeiro no marche de vacío. Por cierto que, como en las próximas fiestas las reservas siempre bajan mucho, Fundaspe ha lanzado una campaña prenavideña.

Así es Telmo Rodríguez Cid. Un optimista impenitente que se dedica en cuerpo y alma a reforzar la entidad que patronea en Galicia, algo fundamental para el segundo paso, la donación en sí. El viernes, al entregar los premios anuales en el pazo de Mariñán, se le veía con su perenne sonrisa. Lástima que escaseen tanto los especímenes como él.