La experiencia enseña a no escribir en caliente si puedes evitarlo, cosa no siempre posible. Pero no, escribir con las tripas no es bueno. Así que ha dejado pasar el tiempo para contar una anécdota que sucedió en Santiago.
Resulta que un ciudadano gallego llamado Alberto Núñez Feijoo publicó en Facebook una felicitación a una (se supone) amiga suya ciudadana gallega, añadiendo la foto de tal mujer -a quien no conozco- con su bebé recién nacido, y por el texto se infiere que ella tuvo que esperar bastante tiempo para tener el hijo, por razones personales que a nadie incumben.
Bueno, pues oiga, me sumo a las felicitaciones a esa ciudadana (repito: gallega, así que vecina) y las hago extensivas a todas aquellas que han dado a luz un bebé y son felices. Les deseo lo mejor.
¿No le parece a usted normal? Pues hay gente a la que no. Amparándose en el anonimato personal, un determinado consorcio dependiente de la Xunta se permitió ironizar lanzando una crítica al ciudadano Núñez Feijoo, que mire por dónde es también presidente de la propia Xunta. Que la parturienta lo vaya a recordar toda su vida les trae al pairo a esos (o esas) que no dan la cara, y que en su ignorancia y escasa educación social confunden el lugar y el momento para criticar a un presidente -están en su derecho de hacerlo en otro sitio y otro día, faltaría más- y cometen la vileza de aprovechar el parto de una mujer que ansiaba tener un hijo. Lo de menos es que otra ciudadana joven, esta sí con nombre y apellidos, me dé lecciones de periodismo, cosa que me ha alegrado la mañana con una sana risa.
En fin, quien lea esto que me haga un favor: vaya al diccionario y mire el significado de la palabra canalla.