El año en el que menos suerte se reparte

CLAUDIA SOUTO SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

El 20 es la terminación más buscada en Santiago para un sorteo de Navidad en el que las administraciones han despachado menos lotería que otros años

11 dic 2020 . Actualizado a las 01:12 h.

La ilusión de cerrar de buena manera cada año reside, para muchos, en la lotería de Navidad. Tras unos meses tan catastróficos y accidentados como los que se han vivido, hay quienes depositan toda su esperanza en la suerte del 22 de diciembre. Para los loteros también es un pequeño respiro. Confían en poder remontar los malos meses de verano con este sorteo, aunque sabiendo que en ningún caso será como veces pasadas.

Isabel Taboada, de la administración número 13, en Conxo, relata que las ventas iban lentas pero «iban yendo», hasta que llegaron las restricciones del mes pasado, y ahora espera que vuelvan a recuperarse en la recta final. Por otro lado, Susana Quintela, que está acostumbrada a repartir fortunas regentando O Rei Midas, en Arzúa, apunta que las restricciones en los bares y la falta de verbenas suponen también pérdidas en la facturación para ese sector. La hostelería o las comisiones de fiestas eran puntos estratégicos de venta para la lotería de Navidad.

El 19 podría parecer el número clave sobre el que gira todo este año, sin embargo, la experiencia de las administraciones hasta ahora es otra. No se observa tanta superstición sobre esta terminación como se podría esperar. Los loteros compostelanos observan como la terminación en 20 va en cabeza. José Luis Tojo Núñez, titular de la administración número 3 de Santiago, la de la Rúa do Vilar, junto a Porta Faxeira, señala que no es ninguna sorpresa: «Aunque sean unos tiempos fatídicos, cada año se apuesta por el número correspondiente. También destaca el 13», asegura sobre un clásico entre los supersticiosos. Son las palabras de un experto en repartir décimos bañados en suerte. En el 2007 vendió el gordo con el número 06381, tres millones de euros; el segundo premio en el 2011, con 1.250.000; un quinto en el 2017...

Las reservas de números específicos que reciben cada año no han cambiado. Quien se empeña en un décimo lo busca por toda España. «La gente accede a donde están los números con más facilidad por Internet. Se ponen en contacto por teléfono o correo electrónico y si hay posibilidad de mandárselo se lo enviamos», cuenta Tojo. También existe el caso de quienes juegan al mismo dígito todas las semanas «y para Navidad quieren mantenerlo», aclara Isabel. Desde la rúa da Rosa, Conchi Quiles se encarga de El Filón de Oro, donde las terminaciones en 18 triunfan y se hacen envíos por mensajería a todo el país. También reparten gran cantidad de billetes que empiezan por 000. «Se venden como churros y la gente viene aquí expresamente a por ellos», apunta Conchi sorprendida.

«La mitad de lo normal»

La temporada de ventas suele comenzar con fuerza en verano, gracias a los turistas. En el 2019 el inicio se retrasó unos días, pero, una vez dado el pistoletazo de salida, las colas para comprar décimos de Navidad se formaron en el mismo instante en el que se recibieron los números. Agosto es un mes clave. «En esta ocasión vendimos la mitad de lo normal», lamenta José Luis. Después, durante septiembre y octubre, apostilla, «cada vez fuimos a peor». Además, todo peregrino solía irse con su boleto de recuerdo, confiando en la suerte que reparte en Apóstol. Para el Xacobeo del 2021 había muy buenas previsiones como cada año santo. Ahora queda en la incertidumbre.