El Concello endurece el control sobre los promotores de fiestas en pisos que eviten identificarse

r.m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

Advierte que los denunciará también por incumplimiento de la Ley de Seguridad Ciudadana al obstaculizar la labor de la policía

03 dic 2020 . Actualizado a las 11:54 h.

El Ayuntamiento no se quedará quieto ante aquellos residentes de pisos en los que se detecten fiestas y no abran la puerta a la llegada de la Policía Local para no identificarse. En ese caso no solo no se ahorrarán la multa de 500 euros, sino que podrían sumar otra de hasta 3.000. Lo advertía ayer el alcalde tras recordar que, pese al alivio en las restricciones por el covid, el toque de queda sigue vigente y que «as festas en pisos seguirán sendo sancionadas, como o están sendo neste momento».

La Administración local ha notado que crecen los casos de negativa a abrir la puerta, pero Sánchez Bugallo avisa que de nada les valdrá. «Se lles irá identificar ao día seguinte, ou aos dous días», pero se les identificará, y en ese caso no solo se les denunciará por incumplimiento de la normativa municipal de ruido, sino también por infracción de la Ley de Seguridad Ciudadana por obstaculizar la labor de la policía. Ahí la multa podría llegar a los 3.000 euros y no eximiría de hacer frente a las de 500 o 750 euros que fija la ordenanza de ruido en función del tramo horario en que se detecte esa actividad..

 El Concello no está dispuesto a dejar pasar ni bajará la guardia. Las instrucciones son claras: estar sobre el caso hasta que se pueda identificar a los autores de esas fiestas «e logo presentar todas as denuncias que se poidan presentar», apuntaba ayer el alcalde. «Nós non imos baixar a garda, porque nos xogamos moito», decía Xosé Sánchez Bugallo sobre esa y cualquier actividad que vaya contra las directrices que haya que guardar por el covid.

«Vanse sancionar todos os comportamentos irresponsables e insolidarios»

«Vanse sancionar todos os comportamentos irresponsables e insolidarios», advertía el regidor, insistiendo en el caso de las fiestas en pisos y en quienes eviten identificarse. Porque, aunque recurran por vía judicial, además de los inconvenientes, tendrán que explicar a un juez por qué no abren la puerta, por qué no colaboran con la policía y por qué no se identifican, y probablemente aquel «non comparta» sus argumentos.