Los grupos políticos municipales y los sindicatos se unieron en defensa de la sede financiera
14 ago 2020 . Actualizado a las 05:15 h.Hace dieciocho años, Encarna Otero, como primera mandataria de Santiago, manifestó su repulsa al cierre de la sucursal del Banco de España en la ciudad. Otero reclamaba el posicionamiento del Gobierno gallego para que el cierre no se hiciese efectivo en septiembre.
El líder del Partido Popular local, Dositeo Rodríguez, consideraba que la sede era necesaria ya que se encontraba en la capital de la comunidad autónoma y desde ella se gestionaban las relaciones financieras de Galicia, por lo que no debería tratarse como una simple sucursal más. Dositeo Rodríguez se ofreció a ayudar al gobierno local bipartito a gestionar la continuidad de la sede con el gobernador del Banco de España. El líder popular incidió en la necesidad de solicitar entrevistas con el presidente de la Xunta, el conselleiro de Economía y otras autoridades vinculadas en esta cuestión. Además, Rodríguez abogaba por que los tres grupos municipales debían unirse para evitar el cierre de la sede del Banco de España. Anteriormente, Manuel Fraga y José Antonio Orza, conselleiro de Economía, hicieron gestiones personales para evitar que se tomase esta decisión, pero el líder local del PP creía que estas acciones fueron insuficientes.
UGT y CC OO también se oponían a la decisión de cerrar la oficina por considerarla injustificada. Esta iniciativa dejaba a Galicia como la única comunidad que no contaba con una sucursal del banco.