Si no lo pospone por tercera vez, el gobierno local retomará desde mañana el cobro por aparcar en las zonas de ORA de régimen general. No es el momento, todavía. Con buen criterio, aunque con retraso respecto a otras ciudades gallegas, Raxoi dejó los parquímetros inactivos entrado ya el estado de alarma y vinculó la duración de esta moratoria a la vigencia de las medidas excepcionales. El argumento ahora es que el incremento de la movilidad que está generando la progresión en la desescalada aconseja recuperar el cobro -y las medidas sancionadoras correspondientes- para forzar la rotación, en el Ensanche cada dos horas máximo. Pero la calle, los usuarios, los comerciantes, los trabajadores, no opinan lo mismo. Muy lógico. No es el momento, porque el comercio necesita todas las medidas capaces de favorecer el dinamismo en las compras; y los usuarios, facilidades para no tener que rascarse el bolsillo, precisamente cuando disponen de menos dinero. Los párkings del Ensanche eran un lujo antes de la pandemia y más lo son ahora con la crisis demoledora derivada de ella. Y habrá que ver si la voluntariosa decisión municipal de bonificar con el 75 % la primera hora de párking -el comercio asumiría el resto- ayudará a dinamizar la actividad comercial o solo es otra forma de que las concesionarias de los párkings sigan haciendo caja, ahora a costa de todos los compostelanos. Desde luego, a los trabajadores-conductores del Ensanche no les va a ayudar en nada y tendrán que peregrinar a zonas periféricas ahora aún libres, como el campus. Lo que se necesita son alternativas estructurales asequibles para la clientela que llega en coche, y menos paños calientes.