Ensanche vivo

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO

26 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Se despereza la actividad inmobiliaria en Santiago completando frentes urbanos del arco sur y pronto lo hará en las zonas de expansión del norte. Es una oportunidad para edificar barrios a la medida de las personas, sin los errores del pasado. La finca del antiguo Peleteiro se perfila como una isla rodeada del viejo mar bravío de la especulación del Ensanche, donde sigue intacta -hasta ahora solo por efecto de la profunda crisis de la última década- la única posibilidad cierta de introducir una cuña de racionalidad urbanística capaz no solo de llenar de vida una pieza estratégica del corazón de la zona nueva, sino de aplicar una dosis de adrenalina al decaído pulso ciudadano del área. Para eso es obligado conseguir el equilibrio perfecto entre los usos residenciales, comerciales y de ocio, y de aparcamiento. Favorecer la viabilidad económica de la operación no puede dejar el mínimo resquicio a la especulación, porque impediría ofertar pisos a precios razonables, en propiedad y en alquiler, así como desarrollar suficiente vivienda pública en uno de los emplazamientos más codiciados de la ciudad. La minorizada dotación comercial en el plan de Raxoi tiene que complementar la que resiste en su entorno, con muchas dificultades en algunas calles, y esto pone en valor una atractiva propuesta de ocio que contribuya a dinamizar la zona, al igual que las suficientes plazas de párking en rotación, en todo caso a precios de gestión pública directa. La alianza de la Sareb con un fondo de inversión americano no es, de partida, la mejor señal. Un amplio consenso político y las aportaciones de los colectivos de comerciantes y vecinos serán la garantía para un éxito de ciudad.