Se le rompió de tanto usarla

Susana Luaña Louzao
Susana Luaña DE BUENA TINTA

SANTIAGO

04 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Pongamos por caso una compostelana, Marta González. Acaba de estrenarse como diputada en la XIV legislatura de las Cortes Generales de España. Precedida por una larga trayectoria política en el Concello de Santiago y en la Xunta de Galicia, se presentó por primera vez a las elecciones generales en el año 2011 como candidata del PP por la provincia de A Coruña. Obtuvo su acta y enfiló la décima legislatura de la democracia española. Van allá ocho años, y en ese tiempo, Marta González vivió cuatro legislaturas, y ayer, estrenó la quinta. En los primeros cuatro años transcurrió una sola; en los cuatro siguientes, otras cuatro. Marta González lleva ya más legislaturas que el propio Manuel Fraga Iribarne, que antes de regresar a Galicia vivió en Madrid cuatro períodos de sesiones en un decenio, mientras que la diputada compostelana lleva ya la cifra récord de cinco en tan solo ocho años. Es una prueba de la velocidad vertiginosa a la que avanza la política española. La incapacidad de sus principales líderes para desbloquear la situación recuerda esas timbas en las que los jugadores trileros se reparten las cartas una y otra vez hasta que les beneficia la tirada. Por eso no es de extrañar que Agustín Zamarrón, el diputado de más edad del Congreso, socialista y de aspecto valleinclanesco, haya pedido perdón a los españoles «por el incumplimiento de la XIII legislatura de formar un Gobierno». Parafraseando a Rocío Jurado, corremos el riesgo de que se nos rompa la democracia de tanto usarla. O, como dice el refrán, va tantas veces el cántaro a la fuente que ya saben...