El Ensanche de Compostela sigue sin dormir

SANTIAGO

Marga Mosteiro

Un numeroso grupo de jóvenes corearon a las 4.30 de la madrugada el «cumpleaños feliz»

17 dic 2019 . Actualizado a las 22:20 h.

Los universitarios de Santiago siguen dándole la bienvenida al curso con fiestas en pisos y en los locales de hostelería, y en la calle cuando los últimos establecimientos llegan a su hora de cierre. La Policía Local tuvo que atender decenas de llamadas de vecinos, que reclamaban la presencia de los agentes para poder conciliar el sueño. A lo largo de la noche desalojaron 20 pisos en el Ensanche compostelano, y realizaron rondas por los puntos claves de la movida nocturna, que se localizan en los alrededores de las discotecas y salas de fiestas de Alfredo Brañas, Gómez Ulla, Doutor Teixeiro o la rúa Nova de Abaixo. En el casco histórico se registraron problemas, pero nada que ver con el Ensanche, donde a las siete de la mañana aún se retiraban los últimos grupos de jóvenes.

La caída de las temperaturas y la noche desapacible no desanimó a los cientos de jóvenes, que tomaron las calles durante toda la madrugada. A las 6.45 horas aún se podían ver a numerosos grupos de chavales en las inmediaciones de la salida de los locales de moda. Santiago de Chile, Xeneral Pardiñas, Alfredo Brañas y Doutor Teixeiro fueron los epicentros de una fiesta que también se dejó sentir en las calles Pérez Constantí, Curros Enríquez y Gómez Ulla. 

En la rúa Alfredo Brañas, los vecinos mostraron su indignación por una situación que viene produciéndose desde hace años e insistieron en reclamar de las autoridades locales más contundencia para frenar un problema que afecta a la salud de las personas. Un vecino de esta calle comentó que los coches de la Policía Local y Nacional estuvieron un rato por la zona, pero cuando se marcharon «volvieron los gritos y la rotura de cristales». En Pérez Constanti, un vecino aseguró que desde su ventana pudo comprobar que había varios grupos de jóvenes haciendo botellón en la calle, muy cerca de la entrada a la discoteca. 

Bullicio, gritos y peleas

Además de las fiestas en pisos, que se pueden prolongar hasta la una o dos de la madrugada dependiendo de la hora a la que acuda la policía a desalojar, el peor momento es cuando cientos de jóvenes intentan entrar en las discotecas. Al completarse el aforo, la fiesta se traslada a la calle. Esta madrugada, a las 4.30 horas, una vecina recogió las imágenes de un numeroso grupo de jóvenes que cantaban el cumpleaños feliz a la puerta de la discoteca de Alfredo Brañas. Cuando cierra esta sala, el alboroto se traslada a Xeneral Pardiñas y la praza Roxa. En Gómez Ulla y Pérez Constanti, los vecinos también pasaron una noche terrible de ruidos y gritos. Uno de los encargados de la limpieza de esta calle comentó que se retiraron siete bidones de basura de Pérez Constanti, y tan solo del tramo más próximo a la entrada a la discoteca. En Alfredo Brañas se necesitó más de una hora para dejar la calle libre de restos de la movida.