La Xunta buscará convencer a Bugallo con el actual proyecto de la intermodal

El Ejecutivo gallego ha respaldado la apuesta de Bugallo por replantear la propuesta de accesos de Compostela Aberta para la intermodal. Infraestruturas sostiene que, «tendo en conta que non hai nada feito», queda margen para que el nuevo equipo de gobierno de Raxoi concrete un planteamiento que volteará el dibujo pretendido por sus predecesores, dispuestos a convertir el vial de Clara Campoamor en un bulevar. Pero Bugallo no cuenta, al menos de entrada, con el respaldo de la Xunta en su intención de ir a un diseño de la estación del AVE mucho más ambicioso que el formulado por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF). En este sentido, el Gobierno autónomo defiende que el proyecto es bueno, y está convencido de que Bugallo también lo verá así cuando lo conozca en detalle.

Pero la discrepancia en este punto es evidente. Infraestruturas defiende una propuesta que ya fue recibida con recelos por el PSOE compostelano cuando el ADIF la presentó a bombo y platillo en el Gaiás, el 20 de diciembre del 2017 en presencia del entonces ministro de Fomento, Íñigo de la Serna. Los socialistas ya advirtieron entonces que no veían en el proyecto una intermodal, sino un simple intercambiador. El discurso con el que Bugallo retorna a Raxoi es el de derribar ese umbral de los 3,5 millones de viajeros anuales en la estación ferroviaria a cuya consecución quedó supeditada en su momento una reforma más amplia de la terminal. Sobre la inconsistencia de un requisito que, como esgrime el regidor compostelano, no ha sido planteado al resto de ciudades gallegas sí está de acuerdo la Xunta.

Lo que no admite discusión es que la intermodal compostelana, tal como figura en el diseño presentado por el ADIF, es la más modesta de las que están proyectadas en las ciudades gallegas. Que Santiago será la primera ciudad en disponer de esa terminal es tan cierto como que su coste supondrá la mitad o incluso la tercera parte de la inversión pública que será necesaria para acometer otras. La diferencia en la dimensión de los proyectos es evidente y penaliza a la infraestructura de la capital, pese a que incluirá la firma del estudio del arquitecto Juan Herreros en la pasarela y en su engarce con la estación del tren actual. La de Vigo, oficialmente en obras desde noviembre pasado, lleva la rúbrica de Thom Mayne, premio Pritzker. Y la de Ourense ha sido diseñada por Norman Foster, que después de un primer planteamiento de mayor alcance tuvo que proponer una segunda versión que, pese a ser más modesta, triplicará el coste de la intermodal compostelana.

De la integración en Santiago a los diseños que firman Foster y Mayne

La solución planteada por el ADIF para la intermodal de Santiago contrasta con los diseños que firman Thom Mayne y Norman Foster para las de Vigo y Ourense, respectivamente. En los dos casos, los prestigiosos estudios tuvieron que abaratar sus propuestas iniciales. La estación de Vigo incluirá, además de las terminales de trenes y autobuses, un centro comercial de Vialia en el que operarán un centenar de establecimientos. Dispondrá de un gran patio interior que aportará luz natural a los tres pisos de un recinto que contará con 1.200 plazas de aparcamiento. El arquitecto Thom Mayne diseñó en el 2011 un modelo que cuenta con dos opciones de inversión, de 152 y de 83 millones de euros.

También el estudio de Norman Foster tuvo que meter la tijera al coste de su diseño inicial. Tras un primer dibujo para la intermodal ourensana que se iba a los 223 millones, presentó una alternativa que rebajaba el coste a 150. Ahora se baraja una actuación que rondará los 140 millones y que, entre otras reformas, incluirá una cubierta sobre la playa de vías. En A Coruña seguirán un modelo similar a Santiago. La Xunta construirá la estación de bus y el Concello los accesos, pero aún no hay fecha para las obras.

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