Christian Chao: «La conexión con la gente es increíble desde el primer día»

m. garcía SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

El cierre llegó al Santiago Futsal en el mercado de invierno

07 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Llegó en el mercado de invierno, lleva tres partidos en el Santiago Futsal y los tres se han saldado con victorias. Parece que Christian Chao llevase toda la vida en el equipo.

-¿Cómo explica tan rápida adaptación?

-El mayor mérito es de mis compañeros y el cuerpo técnico. No es sencillo incorporarse a mitad de temporada y me lo han puesto muy fácil. Además, la conexión con la gente es increíble desde el primer día.

-Es cierre, pero se está destapando como goleador.

-No soy un goleador. Me considero un tío tácticamente correcto, un cierre al que le gusta dar salida al balón. Pero estoy teniendo suerte de cara al gol. Vine con la intención de aportar y ayudar, dentro y fuera de la cancha.

-¿Santi Valladares fue clave para su fichaje?

-Fue de las primeras personas que se interesó por mi situación después de una salida tan precipitada en Noia. Fue mi entrenador en las selecciones gallegas. Le estoy muy agradecido.

-¿Qué se ha encontrado en el Santiago Futsal?

-Un vestuario muy sano, joven, con una media de edad de entre 20 y 22 años, chicos dispuestos a darlo todo por el compañero.

-¿Se siente un poco como padre del grupo?

-También es una situación nueva para mí. Con 31 años soy el más veterano del equipo. En Noia había seis o siete con más edad. Me gusta trabajar con gente joven. Me motiva aprender con ellos y de ellos.

-¿Hace cuentas para el futuro o es de los de partido a partido?

-Ya lo dije el primer día, vengo a disfrutar de cada partido y de cada entrenamiento. Los chavales también están en esa línea. Ahora estamos en una buena situación, pero dos o tres semanas sin ganar te pueden meter en problemas.

-El Betis está en Segunda, pero con plantilla de Primera.

-Seguro que aguantarían en primera sin problemas. Borja Blanco, Burrito, Cidao, Tobe, Rubén Cornejo... Vamos a vaciarnos e intentar dar la sorpresa.