Bestiario

Cristóbal Ramírez

SANTIAGO

18 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

No quiso hacer reimpresión alguna, aunque aquella primera edición del Bestiario do vestiario se agotó en un soplo. De eso se cumplen ahora dos años y desde entonces Martiño Suárez se dedicó a escribir una segunda parte, tan jugosa como su antecesora.

Así que Bestiario do vestiario está de nuevo en las librerías, con el subtítulo Segundo tempo. Es, como la primigenia, una muy amena lista de anécdotas que nadie conoce relacionadas con el deporte, con el ciclismo - pasión privada de Martiño, aunque el hombre va entrando en años y acorta los kilómetros totales- y el fútbol como principales protagonistas.

Algunos gallegos desfilan por esas curiosas páginas, que compiten en provocar la sonrisa con el accidente de Lenin cuando circulaba por París en bici, las racanerías económicas del gran Rik Van Looy, la vaca que se quería comprar el ciclista portugués Agostinho (ídolo en su país comparable a la devoción que se tiene a Pedro Delgado en España) o las vicisitudes del club de fútbol suizo que llevaba el nombre del príncipe del anarquismo, Bakunin. Añadiendo el difícil camino de las mujeres para abrirse paso en el deporte.

Y sin olvidar las peripecias de Ronald Reagan, periodista deportivo que luego llegó a presidente de Estados Unidos; la vieja foto de supuestas jugadoras de fútbol de Allariz datada a principios del siglo pasado y que acabó siendo un montaje carnavaleño, o los galaicos que poblaban la selección de fútbol uruguaya.

Las Navidades no son siempre fiesta, sino que también deprimen a algunos. Esos más que nadie que le pidan a Papa Noel el libro de Martiño Suárez, y los que no se deprimen, también: la carcajada está asegurada. Ya están tardando?