La policía intensifica su presencia en el Toural para frenar la inseguridad

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Xoán A. Soler

Los cuerpos Nacional y Local coordinan su atención en tanto no se resuelva la situación

02 ago 2018 . Actualizado a las 00:26 h.

Las policías Nacional y Local asegurarán una presencia constante en la Praza do Toural ante los graves problemas de convivencia que vecinos, comerciantes y turistas soportan desde hace semanas por la confluencia de un nuevo grupo de personas que han tomado la esquina de la Rúa do Vilar y que están generando un profundo malestar en la zona, donde denuncian robos, amenazas y agresiones e incluso peleas entre ellos, como la que hace unos días concluyó con uno en el hospital por fractura de tibia y peroné.

La situación se ha vuelto tan conflictiva que en las últimas semanas ha requerido la intervención policial en varias ocasiones. Y ayer ambos cuerpos de seguridad evaluaron la situación conjuntamente para coordinar la disposición de efectivos y asegurar su presencia habitual en tanto no se resuelve una situación que para el concejal de Seguridade Cidadá, Xan Duro, no deja de ser «complexa», si bien afirma que no obedece a una carencia de atención por parte del área de bienestar social.

No se trata, dice, de un grupo de indigentes de Santiago, sino de gente de fuera, incluso de otras nacionalidades, que llegó aquí con los movimientos que genera la época estival. «Non é un problema de indixencia nin un problema social da cidade». El edil asume que la conflictividad que se está generando es una cuestión de «seguridade» y no quita razón a los vecinos, aunque «ás veces esixen unha inmediatez de actuación que o Concello non pode adoptar». «Nin o Concello nin a Policía Nacional», precisa, porque algunas de las vías de actuación, como la solicitud de inhabilitación cuando las condiciones personales pueden justificarla, son procesos «longos».

En cualquier caso, sostiene que la actuación combinada de ese cuerpo de seguridad y el local «xa se notou estes días». Un miembro del grupo «xa marchou» y otros dos están pendientes de juicio rápido «por furtos», tras las diligencias abiertas por la Policía Nacional. En ese caso, una de las posibilidades de actuación es pedir una orden de alejamiento de la zona, lo que impediría que vuelvan a ella, o permitiría a la policía actuar en caso de incumplirla. Porque la mera presencia de estas personas en la calle no es suficiente para intervenir, según el Concello, salvo que se den circunstancais que sí lo requieran, como los hurtos y la agresión de hace unos días.

El refuerzo policial se estableció ayer por la mañana, mientras ambos cuerpos de seguridad fijaban turnos para una «presenza constante» en tanto «non se solucione un problema» que no es nuevo en la ciudad, dice Duro en alusión a la situación de hace años en Cervantes, y cuya solución «é complicada, e máis cando é xente de paso».

El gobierno local abordará la situación el viernes con representantes de Compostela Monumental, que ayer le demandaban una reunión a Compostela Aberta. Será con la concejala de Benestar Social, Concha Fernández, quien asumirá las competencias de Duro durante los días de vacaciones que el edil se tomará desde hoy.

El colectivo comercial valoraba ayer positivamente el refuerzo policial, pero «tienen que actuar», porque «no se puede permitir que la gente» esté amedrentada y expuesta a los conflictos que genera un grupo cuyo problema «ya no es un tema de gente sin techo». «Este es un problema de delincuencia», un tema de «convivencia ciudadana», apunta el gerente de Compostela Monumental, José Ángel Blanco.

José Ángel Blanco: «Una ciudad como Santiago no puede dar este espectáculo y esta imagen»

 

 

Compostela Monumental entiende que el problema puede ser de difícil solución, «pero habrá que tener una». «Con decir que es difícil no basta», porque «esto ya lo padecimos con tres indigentes; y dos murieron y solo se actuó cuando estaba a punto de morir el tercero», apuntaba ayer Miguel Ángel Blanco, quien espera sensibilidad del gobierno municipal. El gerente del colectivo comercial del casco viejo afirma que «todo lo que pedimos es de sentido común, porque este es un problema de tipo social y grave» que «está enquistado desde hace tiempo»: «No es puntual, sino que perdura en el tiempo y hay que solucionarlo de una vez». Una ciudad como Santiago «no puede dar este espectáculo y esta imagen en una zona como el Toural», refiere Blanco, quien sostiene que «hay que denunciar lo que está sucediendo, porque si no algún día nos encontramos con una desgracia». El directivo del sector advierte que el comercio de la zona se está resintiendo porque «la gente ya no quiere pasar por allí».

Robos, amenazas y agresiones: el violento día a día en O Toural

Los comerciantes tienen miedo y reclaman al Concello que garantice su seguridad

xurxo melchor

No son indigentes. El grupito de unos seis jóvenes que cada día se reúne en la esquina del soportal que une la praza do Toural con la rúa do Vilar son auténticos delincuentes que tienen aterrorizados a vecinos y comerciantes de la zona. Hay miedo a hablar por temor a represalias y pocas esperanzas de que el Concello haga algo para poner fin a una situación agónica que afecta a su salud y a sus negocios, que se resienten. «Es normal, les ven y la gente no se para. Nosotros haríamos lo mismo si estamos en Burgos y en pleno centro nos encontramos con algo así», reflexiona el dueño de una tienda.

La diferencia entre estos indeseables y los indigentes que anteriormente ocuparon este lugar de la plaza es la violencia. «Llevo 18 años aquí y nunca había visto un grupo tan agresivo», señala una comerciante. Su día a día, como el del resto de los dueños de negocios de la zona, está lleno de violencia, miedo y una terrible sensación de falta de protección por parte del Concello. «Por la mañana están ahí inyectándose heroína y el resto del día bebiendo, gritando, molestando o, directamente, robando», añade.

Son múltiples los casos que demuestran lo peligrosa que se está tornando la situación en O Toural. «No es un problema de que haya gente pidiendo o durmiendo en la calle, no es eso, esta gente nos roba, nos amenaza y ya ha habido varias agresiones. Son delincuentes, no chicos incívicos», asegura otro afectado.

Los robos son continuos, especialmente en el supermercado de la plaza, en el que se avituallan de alcohol. Hace unos días, un cliente pidió la cuenta en la terraza de un bar del entorno y puso en el platillo un billete de 20 euros para pagar, cuando de repente apareció un miembro de este grupo, agarró el dinero y se lo llevó. «¿Y qué puedes hacer, cómo lo evitas, te encaras con ellos, llamas a la policía, para qué si hasta a los agentes se les encaran y les amenazan?», se pregunta un comerciante desesperado.

Los episodios de violencia son constantes. El más grave fue entre ellos, ya que dos se pelearon y uno le partió la pierna al otro, que tuvo que ser hospitalizado con una fractura abierta de tibia y peroné. Pero las más veces las víctimas son viandantes o turistas. «Al cliente de un bar de aquí uno le pidió fuego de malos modos y como le dijo que si le hablaba así no se lo daba le pegó un puñetazo», relata un comerciante que fue testigo de la agresión.

En otra ocasión, el perro de gran tamaño que acompaña a uno de los causantes de los incidentes mordió a un viandante en la mano y las mujeres que trabajan en las tiendas de la plaza se quejan de constantes comentarios machistas. «Te pueden decir cualquier cosa y todas en el mismo tono machirulo, aquí justo donde curiosamente el Concello ha instalado su caseta para denunciar conductas machistas durante las fiestas», explica indignada una dependienta. «Lo que queremos es que el Concello haga algo de una vez, que la policía esté aquí todos los días y que nos protejan, porque esto no hay quien lo aguante y va a peor, porque cada vez son más violentos», añade.