Máriam Martínez-Bascuñán: «Cuando el populismo es todo se convierte en nada, no explica nada»

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Xoán A. Soler

La profesora de Ciencia Política  de la Autónoma de Madrid considera que el fenómeno se combate con «alternativas políticas genuinas, dignas de tal nombre»

12 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Qué es el populismo exactamente? Es la pregunta que ayer contestó en su conferencia dentro del ciclo Os Luns do Ateneo la profesora de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid Máriam Martínez-Bascuñán

-¿Usamos el concepto populismo un poco a la ligera?

-Sí, por eso creo que es importante, desde la Academia sobre todo y desde medios de comunicación, que hagamos pedagogía con ese término, que se haga una radiografía con rigor de lo que es el populismo para no generar tanto desconcierto y sobre todo porque se está utilizando como arma arrojadiza dentro de la guerra política. Creo que es importante decir qué es exactamente populismo porque cuando populismo es todo se convierte en nada, no explica nada, es un concepto vacío que abarca tanto que deja de explicar cualquier fenómeno. Es muy importante que en estos momentos, que se habla de posverdad, nombremos a las cosas con rigor.

-¿Qué es entonces el populismo?

-De una manera muy, muy simplificada, populismo es una lógica de construcción de lo político basado en un esquema muy maniqueo, muy reduccionista, entre el buen pueblo contra un enemigo. Siempre se define en términos de relación con un enemigo, que pueden ser o las élites de Bruselas, la clase política, la casta, los inmigrantes... Hay un llamamiento a la formación de una identidad en torno a un nosotros que se conforma a partir de la exclusión del otro, que puede ser la clase política o los inmigrantes en el caso del populismo xenófobo de derechas, o la casta, como el movimiento Cinco Estrellas, como un populismo más transversal o si se quiere más de izquierdas, aunque Cinco Estrellas no sería tampoco un populismo de izquierdas

-Entonces no tiene que ver con la ideología.

-Claro. No es una ideología política, es una lógica de construcción de lo político. Si fuera una ideología no tendría lógica hablar de populismo de izquierdas y de populismo de derechas. El apellido que le colocas es la ideología: conservador, xenófobo o de izquierdas, pero el populismo en sí no es una ideología. Algunos politólogos hablan de una ideología blanda, pero yo soy partidaria de no considerarlo ni siquiera ideología.

-¿Surge siempre en épocas de crisis, como una reacción a una situación social difícil?

-Es algo que nos ha pillado casi por sorpresa. Estábamos más acostumbrando a encontrárnoslo en contextos latinoamericanos y de repente nos hemos topado con que en las democracias más antiguas del mundo, como las de Estados Unidos o Gran Bretaña, aparece esa forma populista de construcción de lo político, que se da primero en el Brexit y después con la elección presidencial de Donald Trump. Y no solamente en las dos democracias más antiguas del mundo, sino desde el corazón de Europa, como puede ser Francia, ahora mismo en Italia, que probablemente es el reflejo de la guerra más intensa que estamos viviendo dentro de Europa. Está Escandinavia, Alemania con la derecha alternativa... Hay una proliferación de este fenómeno y por esto es tan importante identificarlo bien.

-¿Hay alguna manera de combatirlo?

-Sobre todo no expulsándolos del sistema ni construyendo otra frontera, como ellos hacen, porque lo que los dota de sex appeal es que ahora mismo se autodenominan antisistema. Crear otra frontera entre los verdaderos demócratas, que seríamos nosotros, y los populistas acaba por darles a ellos más atractivo electoral. Y sobre todo se combate con alternativas políticas genuinas, dignas de tal nombre. No basta con condenarlos y rasgarnos las vestiduras, hay que combatirlo haciendo política.

Máriam Martínez-Bascuñán. Licenciada en Derecho y doctora en Ciencia Política, actualmente es profesora en la Universidad Autónoma de Madrid, donde imparte clases de Teoría Política, Ciencia Política y Teoría Feminista. Es premio extraordinario a la mejor tesis y premio al mejor artículo del 2010.