Peatones

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro LA CLAVE

SANTIAGO

21 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No voy a quitarle responsabilidad a los conductores en los casos de atropellos de mayor o menor gravedad. Ellos son los que llevan entre sus manos un arma que puede matar a una persona y, por tanto, están obligados a poner todos los sentidos en la conducción. Dicho esto, y después de observar la cantidad de infracciones diarias que cometen los peatones en las calles de la ciudad, resuelta sorprendente que no se produzcan más atropellos en Santiago. Los peatones también están obligados a respetar las normas básicas de circulación, y son responsables de sus acciones. Es más, aunque solo sea porque son los que tienen más que perder, deberían esmerarse en cumplir escrupulosamente las normas, y hacerlo tanto o más que los conductores. Por el mero hecho de ser peatón, no se puede cruzar la calzada fuera del paso habilitado para ello ni saltarse el semáforo, ni mucho menos cruzar en diagonal las avenidas de cuatro carriles, ni menos aún entretenerse con el móvil al tiempo que se sortean los coches parados en un atasco. Todas estas actitudes son demasiado habituales en Santiago. Siendo todas acciones peligrosas, hay dos que representan un mayor riesgo. Llevar los ojos pegados al móvil, obviando lo que ocurre alrededor, y cruzar fuera del paso de peatones por detrás de vehículos son escenas escalofriantes que se ven a diario en nuestra ciudad.

Quizás piensen que estoy exagerando, pero invitó a estar atentos durante una mañana cualquiera. Resulta increíble que sea necesario pedir campañas de sensibilización para que los peatones eviten conductas que pueden acabar con sus vidas y, sin embargo, son necesarias.