Verde que te quiero verde

Emma Araújo A CONTRALUZ

SANTIAGO

12 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo mejor que para mí tiene la poesía es que un simple verso evoca mensajes que nada tienen que ver con el anhelo del poeta. Por eso, en Verde que te quiero verde de García Lorca una prosaica como yo, que hace demasiado tiempo colgó el hábito de la poesía, ve simplemente la llamada de la madre naturaleza.

El verde es muchas cosas, que se lo digan también al refrán que hastía a las morenas de rostro pálido de que Quien con verde se atreve por guapa se tiene. Es el color del pasen los semáforos y también es el mensaje canino que muy pocos, demasiado pocos, conocen para identificar a las cuatro patas más amorosas del mundo que tienen más corazón y lealtad que el grueso de los mortales, y que han tenido la suerte de ser educados para no molestar a nadie.

En un mes especialmente negativo para las mascotas que quedan en tierra porque sus dueños no se los merecen, está bien abrir el debate de por qué resulta tan difícil articular sistemas para que los animales, que ayudan a los humanos a ser más felices, puedan disfrutar de unas mínimas comodidades para salir a la calle. Só lles falta falar es una frase que todo amigo de las mascotas ha pronunciado y también el nombre de un colectivo que todo compostelano animalista debería conocer. Una colega reconocía hace años que su pastor alemán era más listo que ella porque él siempre la entendía y ella solo a veces. Supongo que tiene razón, pero yo en estas cosas soy más de sentir que de pensar, el verde, el color de las buenas mascotas, también me evoca su deseo de pasear libre pero en buena compañía.