Excepcional

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO

16 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Es una obviedad pero es lo que mejor define la labor desarrollada durante un cuarto de siglo por el Consorcio de Santiago: sin él, como afirma hoy en La Voz su gerente, Belén Hernández, la ciudad sería distinta. Se sobreentiende: sería peor. Reducir los logros del organismo interadministrativo a las políticas de rehabilitación y conservación de la ciudad histórica, o a otras que en la actualidad acaparan una gran parte de su menguada tesorería, como la Real Filharmonía, con ser estas trascendentales, sería simplificar en demasía lo que es el Consorcio. De hecho, durante todos estos años podría haber un flujo económico con esas y otras finalidades sin que fuese imprescindible una entidad supramunicipal para gestionarlo. Es verdad que este organismo, trabajando con eficiencia, es un instrumento imprescindible para impulsar y gestionar todos los programas, pero lo realmente excepcional del Consorcio, como brazo ejecutor de los mandatos del Real Patronato, es que las tres administraciones se sientan a una misma mesa entendiendo que Santiago es diferente, que sus valores históricos, tan bien traídos hasta la actualidad, merecen un ejercicio permanente de diálogo y de consenso -recuérdese que todos los acuerdos en esa mesa deben adoptarse por consenso- y que esa es su mejor garantía de pervivencia en el tiempo. Después hubo más consorcios, pero el rango diferencial de Santiago es exclusivo. Por eso las tres administraciones, con el patrocinio del rey, no lo van a dejar languidecer. Una pronta reunión del Patronato, de la que el alcalde volvió confiado tras su reciente visita a Felipe VI, será la mejor demostración de que la certeza de esa excepcionalidad sigue viva.