«Mucha gente pregunta por el Códice cuando viene al museo»

La Voz

SANTIAGO

29 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cualquier trabajador de la Catedral -en concreto el museo depende de la Fundación Catedral-, pasó un mal trago con la desaparición del Códice Calixtino. Ramón Yzquierdo también. Se enteró poco antes de que saltara a los medios de comunicación «y el disgusto fue por la pieza en sí, por saber dónde estaría y ver si podía recuperarse. Eso era lo que nos preocupaba realmente». Al final el Códice se encontró y volvió al archivo, «y se demostró que muchas cosas que se dijeron no eran ciertas o se habían exagerado», cuenta.

Si algo positivo puede sacarse de aquella rocambolesca historia es que miles de personas que no conocían el manuscrito ahora saben de él, y por supuesto quieren verlo, «mucha gente pregunta en el museo, les enseñamos el facsímil y les explicamos por qué es tan importante. El original está en el archivo».

Con la Fundación Catedral y la profesionalización de la gestión el museo comenzó a funcionar como tal. Yzquierdo destaca el trabajo de Daniel Lorenzo, el director de esta fundación, y cómo el museo ha pasado en los últimos años de ser «una colección visitable» a un centro en el que hay investigación, proyectos, exposiciones temporales, atención a los investigadores. Cuenta además con un Plan Museológico, es decir, con una hoja de ruta clara. «Se dejaron de hacer las cosas de forma improvisada y se empezaron a proyectar».

Más amigo de la zona de Bonaval y San Pedro que de las calles demasiado turísticas del Franco, la rúa Nova y la de O Vilar, a Ramón también le gusta el CGAC, a donde acude regularmente con su hija, que ya va interesándose por el mundo del arte, pero sigue echando de menos esa zona vieja «que se vivía y tenía comercios, y no solo era para visitar».