Los dos acusados renuncian a hablar en el alegato final. Los nueve miembros del jurado tendrán todo el fin de semana para reflexionar
23 oct 2015 . Actualizado a las 17:50 h.Rosario Porto y Alfonso Basterra, acusados de matar a su hija Asunta en septiembre del 2013, no han querido hablar en el alegato final, que ha puesto el broche al juicio en el que se dirime este crimen.
El mediático proceso, que se ha prolongado durante cuatro semanas en Santiago, ha citado como testigos o peritos en los juzgados de Fontiñas a más de 135 personas, en un largo proceso iniciado a comienzos de octubre y que, tras la fase testifical, se adentró el día 14 en la de las pruebas periciales.
La vista oral, que fue absolutamente anárquica en cuanto a cronología de los hechos, dejó varios testimonios significativos, como el las profesoras de violín de la menor que relataron el supuesto episodio en el que Asunta les aseguró que su madre le daba unos polvos blancos, pero, también, varios interrogantes que ya no encontrarán respuesta, como el de si se da por descartada la implicación de terceras personas en el crimen o la de por qué no declaró el amante de Rosario Porto, clave en el relato.
Ayer las conclusiones de las dos acusaciones personadas en el caso, pública y popular, coincidieron en que la muerte violenta de la niña fue «concordada» por sus dos padres, si bien la Fiscalía abrió la puerta a que solo la madre la asfixiase.
Hoy, las defensas de uno y otro, han reclamado su absolución. Belén Hospido, la letrada de Alfonso Basterra, ha insistido en que no se tienen pruebas de cargo contra él. El abogado de Rosario Porto, José Luis Gutiérrez Aranguren, ha coincidido, por su parte, en que «jamás se apuntó una sola prueba» contra la madre y ha sostenido que «los prejuicios rellenan aquello que no encaja».
Los nueve miembros del jurado tendrán todo el fin de semana para reflexionar sobre lo escuchado en las últimas semanas. El magistrado Cid Carballo también tendrá trabajo urgente. El presidente del tribunal deberá redactar las preguntas que serán objeto del veredicto y sobre las que tendrán que contestar. Ese será el documento sobre el que trabajar a partir del lunes. Y no son respuestas a la ligera, sino que tienen que estar fundamentadas en base a una declaración, un testigo, un indicio o una prueba pericial. El juez estará a disposición para resolver las dudas. La declaración de culpables deberá estar avalada por siete jurados. La de inocentes, por cinco.
El veredicto podría llegar el martes.