La casa del arte en pequeño formato

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOÁN A. SOLER

A Regadeira de Adela ofrece estos días un especial de «microterror»

02 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Aparentemente es una casa como otra cualquiera, con un toque retro, el que estaba de moda en los años cincuenta. Pero en su salón, en la alcoba y hasta en el ropero se cuelan cada semana todo tipo de espectáculos cuando cae la noche. Son sesiones en pequeño formato, en dosis concentradas de 15 minutos, donde artistas y espectadores conviven en el mismo escenario. Este singular hogar de las artes está abierto al público desde hace dos años y, como toda villa con arte y solera, tiene nombre propio: A Regadeira de Adela. ¿El porqué de ese nombre? En honor a Adela Esteiner Regueiro, una gallega que fue pionera en las representaciones artísticas para un público reducido.

«Hay de casi todo: danza, circo, por supuesto teatro, títeres, música, performances e incluso vídeos», explica Alfonso Medina, Alfi. Este malabarista, acróbata y clown puso en marcha esta propuesta innovadora en Santiago junto a otros dos amigos y compañeros de la compañía The Momento Impro, los actores Antón Coucheiro y Olalla Tesouro. «Surge por un vacío que había: cerraba la Sala Nasa y empezaba a haber un parón cultural, así que se nos ocurrió montar aquí esta idea que ya funcionaba en ciudades como Madrid», relata.

En estos dos años pasaron por ella importantes compañías, como Chévere, Voadora y Mofa e Befa, pero también ha servido como plataforma para mucha gente que está empezando y otros que, antes de terminar sus montajes, hacen una primera toma de contacto allí con el público. Es una toma directa, en la que se ve de cerca cada gesto, se oye cada susurro y hasta se puede oler a los protagonistas.

La afición por el microteatro ha ido creciendo al tiempo que se extendía la fama de A Regadeira de Adela, en donde de jueves a sábado ofrecen tres pases (con tres microespectáculos cada uno) y además se dan cursos de improvisación. «El 90 % de la gente que viene sale encantada y la mayoría repite», asegura Alfi.

Otra de sus atractivos es que, cada cierto tiempo, ofrecen ciclos temáticos. El especial de terror que ahora les ocupa ha roto la agenda habitual y hoy abrirá de forma extraordinaria con un nuevo recital de microartes. En la alcoba, una adaptación del clásico de Woody Allen Para acabar con Ingmar Bergman; en el ropero, Los Muertos siempre dicen la verdad; y en el salón, microterror adolescente con Holocausto Playmobil. Todo cabe en la casa del arte en pequeño formato.