Compostela no sale del bache

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

Una brigada recorre la ciudad, incluso con lluvia, para tapar huecos que surgen nuevamente

16 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La cadena de borrascas que viene sufriendo Galicia en mayor o menor intensidad durante este invierno está dejando a sus vías en un estado tan lamentable que parece satisfacer a los talleres de reparación y a los vendedores de neumáticos si no fuera porque, a buen seguro, ellos también sufren la voracidad de los baches. Difícil es localizar una calle o una avenida que se salve totalmente del desastre. Todas, con más o menos ejemplares, necesitan una inversión urgente y profunda para lo que no llegaría ni todo el presupuesto municipal.

Las principales arterías de la ciudad, por ejemplo, la calle del Hórreo y la avenidas de Lugo, Romero Donallo, Cruceiro da Coruña, Asturias y diferentes tramos del periférico urgen un plan de conservación. Entre los pavimentos en peor estado están los carriles de la derecha, tanto de salida como entrada, de la carretera de A Coruña antes de llegar al polígono. Ni siquiera las paladas de asfalto que se empeñan en echar contra viento y marea a modo de tirita vienen a resolver el problema. Por el contrario, lo empeora al quedar la grava repartida arbitrariamente por toda la vía generando aún más riesgos para la conducción.

También el Campus Vida, que contó durante meses con una brigada casi fija en la zona, ha conseguido alcanzar un nivel digno. En este espacio hay varios tipos de pavimento, pero en todos ellos surgen baches por doquier. En algunos puntos (como el de la foto) las placas de hormigón se hundieron y partieron provocando la aparición de una enorme balsa de agua para desesperación de conductores y peatones. Pero no es el único ejemplo del Campus.

Otra zona de la ciudad que acostumbra a ver a los de la «brigada del rebacheo» es Vista Alegre. Si bien su presencia es habitual, según comentaron algunos vecinos en la parada del autobús, solo ha servido para dejar «mojones» de grava sobre los agujeros, que ya se han cobrado las ruedas de más de un coche. Los trabajos de rebacheo, que incluso se mantienen en días de fuertes borrascas, no han servido para mucho y los espacios sin chapapote son tan escasos que se han convertido en nuevos baches. Las calles interiores, como las que rodean el parque, no están mejor. Claro que este barrio aguarda impaciente la inversión del ARI.

En cuanto a las pozas de agua, otro de los grandes males de las vías, se localizan en la avenida de Lugo pero también en el calle Diego Bernal y, entre otros puntos, en el entorno del Multiusos de Sar y Basquiños. En esta última zona, los vecinos aguardan desde el 2008 el maná del plan Urbana Norte.

En la avenida de Lugo, la reina de todas las pozas está en la confluencia con la rotonda de Fontiñas, y en Diego Bernal se acumulan en las rotondas. En esta calle también hay una gran fochanca en la entrada de la calle desde Sar.