Una exposición recopila la trayectoria casi centenaria del cuerpo municipal
05 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Una peseta y cuatro más. Es lo que, respectivamente, costaba en el año 1928 en Melide que un hijo faltase a la escuela más de una docena de veces y blasfemar en la vía pública. Curiosas sanciones como esas son algunos de los documentos que Cristina Vázquez y Xurxo Broz se encontraron en el archivo municipal cuando estaban preparando la exposición que, hasta finales de mes, permanecerá abierta al público en la sede del museo etnográfico de la comarca. La muestra repasa la historia de la Policía Local, que se remota a la década de los 20, como ponen de relieve tanto las multas como las referencias a los agentes que figuran en las ordenanzas que, por aquel entonces, regulaban hasta el código moral imperante en la época.
Resultado de dos meses «intensivos» de un trabajo en el que el Registro Civil y la gente mayor también fueron fuentes de información determinantes es una exposición configurada a modo de árbol genealógico que sitúa en su copa a Francisco Penas López, a quien sustituyó en 1942 José Mosteiro Pampín. Prestó servicio «37 años, 2 meses y 27 días». Detalles como ese desvelan un laborioso trabajo que también se detiene en la trayectoria profesional de Serafín Rivas Cancela, Gonzalo Louzao Mosteiro, Faustino Varela Corbelle, Eduardo Mosteiro Soto y Jaime Frade Roibás, que fue el primer jefe que tuvo la Policía Local de Melide.
Son los cinco hombres que se fueron incorporando a la guardia urbana hasta la década de los 90, cuando sacó la plaza la primera mujer que tuvo el servicio, María López Miguélez, todavía hoy en activo. Accedió al cuerpo junto a Juan José Mosteiro Sánchez y Fernando Mellid Ramos. Más tarde harían lo propio José Sanguiao Taboada y Juan José Mosteiro Mato, que permutó la plaza con Francisco José Otero López.
Al caótico nomenclátor ponen orden las explicaciones que al dedillo ofrecen sobre el devenir de los municipales -«como toda a xente lles segue chamando»- Cristina Vázquez y Xurxo Broz, que, junto a Dolores Primo, también personal del Museo Terra de Melide, son los artífices de una exposición que también se detiene en la figura del alguacil. «Eran subalternos do Concello, pero tamén tiñan funcións de orde pública», explican. El primero fue Ramón Agra Bendoiro, «moi severo, sobre todo cos nenos», los que hoy, con noventa años ya, testimonian que lo recuerdan «uniformado, sen arma, pero con bastón».
La memoria colectiva es mucho más amable con el segundo alguacil que tuvo el Concello melidense, Plácido López Álvarez, un hombre «moi instruído, moi erudito e impecable no vestir». Dos gorras de su indumentaria de servicio forman parte de una exposición en la que se muestra el uniforme del primer conserje que tuvo el consistorio -una figura efímera personificada en Daniel López Vázquez- y la evolución en la vestimenta de la Policía Local, de la que también se recoge, gracias a la agradecida aportación de familiares, sendas colecciones de los carnés de identificación profesional y de los emblemas que lucían en sus uniformes.
reportaje cita en el museo comarcal