Hoy se cumplen 20 años del mejor concierto celebrado jamás en Santiago
09 may 2013 . Actualizado a las 15:20 h.Hubo otros conciertos antes y muchos más después. Pero nadie le arrancó los tojos al auditorio del Monte do Gozo como lo hizo Bruce Springsteen tal noche como la de hoy, pero hace veinte años.
A las miles de personas que vieron al rockero de la garganta quebrada desbrozar un monte con una guitarra todavía se les pone la sonrisa tonta al recordarlo; fue absolutamente inolvidable, impresionante. Jardinería espacial. El ambiente ya se había caldeado meses antes, con los preparativos. Así que el aterrizaje en Lavacolla del Boss y su troupe y su paseo por la zona monumental compostelana -incluida la compra de una sortija isabelina de azabache y diamantes incrustados- no hizo más que echar leña al fuego; bendito fuego.
¿Se acuerdan? Durmió en el Araguaney. Antes, en Lavacolla, se saltó a sus propios guardaespaldas y se aproximó a los periodistas para saludarlos. Y se mostró especialmente motivado por tocar donde tocó otro ídolo de multitudes, aunque aquel interpretara en otra tesitura: el Papa Juan Pablo II. La crónica de La Voz publicada el 10 de mayo apenas pudo transmitir un poco lo que fue aquella fiesta de millón y medio de vatios y de luz y 150.000 de sonido. «Momentos como Born in the USA, Ther river o Born to Run hicieron que el de New Jersey alcanzara las mayores cotas de complicidad de un público entregado de antemano», decía el periódico. Para acceder al Monte do Gozo hubo picos de hasta trescientos metros de cola. El colapso de tráfico fue de los que hacen época. Pero cualquier inconveniente fue menor en comparación con el regalo con el que el jefe dio por inaugurado un recinto que, veinte años después, es una toxeira ocasional. Bruce volvió a tocar allí arriba el 2 de agosto del 2009, en un concierto que también pasó a la historia, pero a la de los fiascos de organización. Larga vida al boss.
crónica el «boss» inauguró el 9 de mayo del 93 el recinto del monte do gozo