«Investigar en Alemania es posible, allí te valoran»

Olalla Sánchez Pintos
OLALLA SÁNCHEZ SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

CEDIDA

Esta compostelana trabaja desde abril en la empresa Basf

05 nov 2012 . Actualizado a las 13:02 h.

El caso de Xiana Romaní prueba que Galicia dice adiós desde hace tiempo al talento. Premio extraordinario de bachillerato y de fin de carrera, esta compostelana de 30 años puso rumbo a Alemania allá por el 2005 para concluir su proyecto de Ingeniería Química en la Universidad de Karlsruhe. Tras encadenar oportunidades laborales y concluir su doctorado, este año se incorporó en Ludwigshafen a la multinacional Basf.

-¿Qué le retiene en Alemania?

-Principalmente la motivación de poder seguir investigando en aquello para lo que me preparé, en la separación de sólido-líquidos. Aprendí mucho desde que estaba realizando el proyecto de fin de carrera. En Alemania las universidades valoran la investigación y no escatiman en gastos, tienen más medios. Allí los doctorandos asumen proyectos que les encarga la industria y que se financian con cargo a las empresas o se sustentan con fondos públicos. Algo muy positivo es, además, que te empujan no solo a trabajar en un proyecto, sino también a dirigirlo. Cuando estaba en Karlsruhe tenía estudiantes de prácticas a mi cargo y asumía proyectos. Trabajas según objetivos, algo que te exige pero con lo que aprendes mucho. Investigar en Alemania es posible, allí te valoran.

-¿Cómo es trabajar en el mayor grupo químico del mundo?

-Todo allí es distinto, incluso, la propia entrevista de trabajo. Entré a las 8.00 y salí a las 17.00 horas después de asistir a ocho rondas de preguntas. Eso sí, al final de la jornada ya sabes si te han elegido. Más allá de eso, trabajar allí es como acceder a una ciudad distinta. Tiene unas dimensiones enormes, con más de 2.000 edificios y 33.000 empleados. Yo me muevo en bicicleta para llegar a mi edificio pero hay líneas de autobuses internas y vías de tren. También hay servicios de lavandería, peluquería, oficina de correos... es cuestión de acostumbrarse.

-¿Y condiciones laborales?

-Basf valora a quienes tienen un doctorado. Durante los primeros años de tu incorporación te ubican en departamentos de investigación, algo que me anima a seguir aquí. Se preocupan también mucho del networking, de compartir conocimientos. El horario laboral podría ser similar al de España. Trabajo de 8.00 a 17.00 horas pero el salario sí que me permite vivir. Además, aquí suele haber una prima por productividad.

-¿Se plantea regresar?

-Por ahora no, echo mucho de menos a la familia y amigos y es cierto que el choque cultural es grande pero me gustaría seguir investigando y aquí siempre hay proyectos. En el 2006, tras concluir el trabajo de fin de carrera, incluso me llamaron para unas prácticas en una empresa, algo que en España no sucedería jamás. Y desde que pedí entrar en Basf hasta que me llamaron no pasaron ni dos meses. En Alemania, si tienes carrera o sabes un oficio te pagan bien.